04:23:04.
Había sido un largo día. La claridad del sensorio de Molly reducía el efecto de la betafenetilamina, pero Case aún podía sentirlo. Prefería el dolor en la pierna de ella.
C A S E: 0 0 0 0 0 0 0
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– Supongo que es para ti -dijo ella, trepando mecánicamente. Los ceros volvieron a destellar y apareció un mensaje, en el límite del campo visual de Molly, fragmentado por el circuito.
EL GENERAL G
IRLING::::::
ENTRENO A
CORTO PARA
PUÑO ARDIENTE
Y VENDIO SU
PELLEJO AL
PENTAGONO:::
EL CONTROL
PRINCIPAL
DE W/MUTE
SOBRE ARMI
TAGE ES
UNA ESTRUC
TURA DE GI
RLING:::::
W/MUTE
DICE QUE SI
A MENCIONO
A G ES
PORQUE
ESTA VOL
VIENDOSE
LOCO::::::
CUIDATE:::
::::::DIXIE
– Bueno -dijo Molly, haciendo una pausa-, parece que tú también tienes problemas. -Miró hacia abajo. Había un tenue círculo luminoso, no mayor que el redondel de bronce de la llave de Chubb que le pendía entre los pechos. Miró hacia arriba. No había nada. Tocó sus amplificadores con la lengua y el tubo se alzó en una perspectiva evanescente, mientras el Braun subía por los peldaños. Nadie me habló de esta parte -dijo.
Case desconectó.
– Maelcum…
– Hombre, tu jefe se puso muy extraño. -El sionita llevaba un traje neumático Sanyo azul, veinte años más viejo que el que Case había alquilado en Freeside: apretaba el casco bajo el brazo y una gorra de red tejida de algodón violeta le sujetaba los mechones. Tenía los ojos entornados, efecto del ganja y de la tensión.- Llamó varias veces, con órdenes, hombre; tiene que ser alguna guerra de Babilonia… -Maelcum sacudió la cabeza de un lado a otro.- Yo hablé con Aerol, y Aerol habló con Sión, los Fundadores dijeron que nos largáramos. -Se frotó la boca con el dorso de una mano, grande y bronceada.
– ¿Armitage? -Case se encogió de dolor cuando sintió la fuerte resaca de la betafenetilamina, ahora sin la protección de la matriz de simestim. No hay nervios en el cerebro, se dijo, no puede dolerme tanto. – ¿Qué quieres decir? ¿Te está dando órdenes? ¿Cuáles?
– Hombre, Armitage me dijo que rumbeara hacia Finlandia, ¿sabes? Me dijo que ahí habría esperanza, ¿sabes? Apareció en mi pantalla con la camisa ensangrentada, loco como un perro, hablando de puños estridentes y de rusos y de que la sangre de los traidores nos ensuciará las manos. -Volvió a sacudir la cabeza: la gorra se balanceó y saltó en la gravedad cero. Apretó los labios.- Los fundadores dicen que el Mute es con seguridad el falso profeta, y que Aerol y yo tenemos que dejar el Marcus Garvey y regresar.
– ¿Armitage estaba herido? ¿Sangre?
– No sabría decirte, ¿entiendes? Pero estaba manchado de sangre, y loco del todo, Case.
– De acuerdo -dijo Case-. ¿Y qué pasa conmigo? Tú vuelves a casa. ¿Y yo, Maelcum?
– Hombre -dijo Maelcum-, tú vienes conmigo. Yo y yo volvemos a Sión con Aerol, en el Babylon Rocker . Deja que Armitage hable con la cassette fantasma, un fantasma con otro…
Case miró por encima del hombro: su traje alquilado colgaba sujeto a la hamaca, balanceándose en la corriente de aire del viejo ventilador ruso. Cerró los ojos. Vio los saquitos de toxina que se le disolvían en las arterias. Vio a Molly que trepaba por una interminable escala de peldaños de acero. Abrió los ojos.
– No lo sé, viejo -dijo, con un gusto extraño en la boca. Miró, la mesa de trabajo, se miró las manos-. No lo sé. -Levantó la vista otra vez. Ahora la cara bronceada estaba calma, atenta. El anillo del casco del viejo traje azul escondía el mentón de Maelcum.- Ella está adentro -dijo-. Molly está adentro. En Straylight, así se llama. Si Babilonia existe, esto es Babilonia. Podemos irnos, pero entonces ella no saldrá, sea o no la Navaja Andante.
Maelcum asintió con la cabeza, y la gorra se le movió como un globo cautivo de algodón. -¿Es tu mujer, Case? -No lo sé. Tal vez no es la mujer de nadie. -Se encogió de hombros. Y volvió a encontrarse con la ira, verdadera como un pedazo de roca bajo las costillas.- A la mierda con esto -dijo-. A la mierda con Armitage, a la mierda con Wintermute, y a la mierda contigo. Yo me quedo donde estoy.
La sonrisa de Maelcum se extendió sobre su rostro, como una luz repentina.
– Maelcum es un chico maleducado, Case. El Garvey es la nave de Maelcum. -Golpeó la mano enguantada contra un panel y en los altavoces del remolque se oyó el sonido bajo y regular de la transmisión de Sión. – Maelcum no se larga, no. Hablaré con Aerol; seguro que lo entenderá.
Case lo miró fijamente. -No os entiendo, de veras -dijo.
– Yo no te entiendo a ti, hombre -dijo el sionita, sacudiendo la cabeza al ritmo de la transmisión-, pero tenemos que guiamos por el amor de Jah, todos nosotros.
Case conectó y volvió a la matriz.
– ¿Recibiste mi mensaje?
– Sí. -Vio que el programa chino había crecido: delicados arcos policromos y cambiantes estaban acercándose al hielo de la T-A.
– Bueno, se está poniendo más complicado -dijo el Flatline-. Tu jefe borró el banco de datos del otro Hosaka, y casi se lleva el nuestro también. Pero tu amigo Wintermute me avisó antes de que se perdiera. La razón por la que los Tessier-Ashpool no abundan en Straylight es que la mayoría están congelados. Hay una empresa de abogados en Londres que se encarga de la representación legal y los poderes: tiene que saber quién está despierto y en qué momento. Armitage vigilaba las transmisiones de Londres a Straylight a través del Hosaka del yate. De paso, ya saben que el viejo está muerto.
– ¿Quién lo sabe?
– Los abogados y la T-A. Tenía un control remoto implantado en el esternón. Aunque después del dardo de tu chica un equipo de resurrección no hubiera tenido mucho que hacer. Toxinas de crustáceos. Pero la única T-A que está despierta en Straylight en este momento es Lady 3Jane Marie-France., Hay otro, un varón, un par de años mayor, que está en Australia por negocios. Yo creo que Wintermute se las arregló para que la presencia de 8Jean fuera necesaria en algún otro sitio. Pero ya está en camino, de regreso a casa. Los abogados de Londres dijeron que llegaría aproximadamente a las 09:00:00 esta noche. Enchufamos el virus Kuang alas 02:32:03. Ahora son las 04:45:20. La mejor hora para que el Kuang penetre en el núcleo de la T-A es las 08:30:00. Así que estamos en el límite. Creo que Wintermute tiene algún interés especial en esta 3Jane, o que ella está tan loca como su viejo. Pero el muchacho que viene de Melbourne sabrá bien de qué se trata. Los sistemas de seguridad de Straylight intentan seguir funcionando en estado de alerta, pero Wintermute los bloquea, rápidamente, no me preguntes cómo. Sin embargo, no pudo pasar por encima del programa de entrada básico y meter a Molly. Armitage tenía todo eso registrado en el Hosaka; seguramente Riviera convenció a 3Jane. Durante años ella ha estado manipulando las entradas y salidas. Tengo la impresión de que uno de los problemas principales de la T-A es que los grandes de la familia han llenado los bancos de datos con todo tipo de trucos y excepciones particulares. Es como si tu sistema de inmunidad se viniera abajo: están a punto para recibir un virus. Eso nos conviene, una vez que consigamos pasar el hielo.
– De acuerdo. Pero Wintermute dijo que Arm…
Un rombo blanco apareció en la pantalla y fue ocupado por un primer plano de dementes ojos azules. Case no pudo hacer otra cosa que mirarlos. El coronel Willie Corto, Fuerzas Especiales, Fuerza de Ataque Puño Estridente, había logrado volver. La imagen era tenue, espasmódico, desenfocada. Corto estaba utilizando la consola de navegación del Haniwa para conectarse con el Hosaka del Marcus Garvey .
– Case, necesito los informes de daños y perjuicios en el Omaha Thunder.
– Bueno, yo… ¿Coronel?
– Atento, muchacho. Recuerda tu entrenamiento.
¿Pero dónde has estado, viejo? , preguntó en silencio a los ojos angustiados. Wintermute había construido algo llamado Armitage dentro de una fortaleza catatónica llamada Corto. Había convencido a Corto de que lo verdadero era Armitage, y Armitage había caminado, hablado, planificado, intercambiado información y capital, había representado a Wintermute en aquella habitación del Chiba Hilton… Y ahora Armitage había desaparecido, arrastrado por el viento de la locura de Corto. Pero, ¿dónde había estado Corto durante todos aquellos años?
Cayendo, quemado y ciego, de un cielo siberiano.
– Case, sé que te será difícil aceptarlo. Eres un oficial. El entrenamiento. Lo comprendo. Pero, Case, te lo juro por Dios: nos han traicionado.
Unas lágrimas asomaron en los ojos azules.
– Coronel… ¿quién? ¿Quién nos traicionó?
– El general Girling, Case. Quizá tú lo conozcas por su nombre en código. Pero sabes de quién hablo.
– Sí -dijo Case, mientras las lágrimas seguían cayendo-. Supongo que sí. Señor -agregó, impulsivamente-, pero, señor, coronel, ¿qué deberíamos hacer? Ahora, quiero decir.
– A esta altura, Case, nuestro deber es volar. Escaparnos. Evadimos. Podemos llegar a la frontera con Finlandia mañana al atardecer. Volando bajo, con controles manuales. Nos cagaremos de miedo, muchacho, pero eso será sólo el principio. -Los ojos azules se entrecerraron, los bronceados pómulos brillantes por las lágrimas. – Sólo el principio. Traición desde arriba. Desde arriba … -Se retiró de la cámara; en la rasgada camisa de sarga había manchas oscuras. El rostro de Armitage era impasible, como una máscara; pero el de Corto era la verdadera cara del esquizofrénico: la enfermedad grabada profundamente en músculos involuntarios, deformando la costosa cirugía.
– Coronel, lo escucho, viejo. Escuche, coronel, ¿de acuerdo? Quiero que abra la…Mierda. ¿Cómo se llama, Dix?
– La escotilla media.
– Abra la escotilla media. Sólo dígale a la consola que la abra, ¿de acuerdo? Enseguida estaremos con usted, coronel. Entonces podremos hablar de cómo saldremos de aquí.
El rombo desapareció.
– Muchacho, creo que ahí me perdiste -dijo el Flatline. -Las toxinas -dijo Case-. Las jodidas toxinas -y desconectó.