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— Quй fue lo que vio, lord Vorkosigan? — exigiу Vorreedi.

— Ivan… se ha ido con una dama.

— Quй? Otra vez? Aquн? Ahora? Quй le pasa a ese chico, no tiene sentido del tacto? No sabe dуnde estб? Mierda, esto no es la fiesta de cumpleaсos del emperador Gregor…

— Creo que podrй recuperarlo con discreciуn, seсor, si usted me permite. — Miles sintiу un escozor de culpa por la acusaciуn a Ivan, pero la culpa se perdiу en el miedo que le atenazaba el corazуn. El aerosol, habrнa sido una droga para dormirlo o un veneno letal?

Vorreedi se tomу un minuto largo para pensarlo; mientras contemplaba frнamente a Miles. Miles se recordу que Vorreedi pertenecнa a Inteligencia, no al servicio de contraespionaje; la fuerza que lo impulsaba era la curiosidad, no la paranoia. Miles metiу las manos en los bolsillos de los pantalones y tratу de parecer tranquilo, despreocupado, apenas molesto por aquel lнo. El largo silencio lo impulsу a aсadir:

— Si no confнa en lo demбs, seсor, confнe al menos en mi habilidad. Es lo ъnico que pido.

— Con discreciуn, eh? — dijo Vorreedi-. Usted tiene amigos interesantes en este lugar, lord Vorkosigan. Me gustarнa saber algo mбs sobre ellos.

— Pronto. Espero que pronto, seсor.

— Mmm… De acuerdo. Pero sea rбpido.

— Harй cuanto estй en mi mano, seсor — mintiу Miles. Tenнa que ser aquel mismo dнa. Si conseguнa alejarse de su guardiбn, tenнa que aprovechar para hacer el trabajo. Todo el trabajo. O nos iremos todos a pique. Hizo una venia y se alejу antes de que Vorreedi pudiera cambiar de parecer.

Saliу por el costado abierto del pabellуn y caminу hacia el sol artificial. justo en ese momento, llegу un auto sin decoraciones fъnebres: una plataforma flotante simple de dos pasajeros con lugar para carga posterior. Esta vez le pareciу reconocer al guнa: en los controles habнa una criatura ba de edad avanzada, calva. En cuanto distinguiу a Miles, se acercу y detuvo el vehнculo. Un vehнculo rбpido con guardias vestidos de rojo frenу a un costado para interceptar el movimiento.

— Seсor. Los invitados galбcticos no pueden circular por el Jardнn Celestial sin compaснa.

Miles abriу palma y seсalу a su guнa ba.

— Milady requiere y exige la presencia de este hombre. Tengo que llevarlo.

El guardia hizo un gesto. No estaba satisfecho pero asintiу de mala gana.

— Mi superior hablarб con su ama.

— Por supuesto. — Los labios de su guнa se torcieron en lo que Miles interpretу como una mueca de desprecio.

El guardia les dirigiу una mueca de furia y se alejу. Buscaba el comu mientras caminaba. Vamos, vamos, pensу Miles mientras subнa al vehнculo, que afortunadamente arrancу enseguida. Esta vez, el auto tomу un atajo, elevбndose sobre el jardнn y alejбndose hacia el sudoeste en lнnea recta. Se movнan tan rбpido que la brisa revolvнa el cabello de Miles. Unos minutos despuйs bajaron hacia el Criadero Estrella, que brillaba, pбlido, entre los бrboles.

Una extraсa procesiуn de burbujas blancas se acercaba a una abertura, evidentemente la entrada trasera. Cinco esferas, dos a cada lado y otra por arriba, estaban… persiguiendo a una sexta que saltaba para escapar. Sin embargo, las otras la empujaron hacia la puerta ancha y alta del compartimiento de embarque. Las burbujas zumbaban como avispas enfurecidas cuando los campos de fuerza se tocaban. El pequeсo auto de Miles flotу con calma detrбs de la procesiуn y siguiу a las burbujas hacia el interior. La puerta se cerrу detrбs del grupo y se sellу con el chasquido sуlido y los chirridos tнpicos de los instrumentos de alta seguridad.

Excepto por el revestimiento — de piedras pulidas en diseсos geomйtricos en lugar de cemento gris-, el compartimiento de entrada era utilitario y bastante normal. En ese momento estaba vacнo excepto por la haut Rian Degtiar, de pie en sus tъnicas blancas y holgadas, junto a su propia silla-flotante. La cara pбlida estaba tensa

Las cinco burbujas que habнan perseguido a la sexta se acomodaron en el suelo y desconectaron la pantalla de fuerza. Aparecieron cinco de las consortes que Miles habнa conocido en la reuniуn nocturna. La sexta burbuja siguiу cerrada, blanca sуlida, impenetrable.

Miles se apeу en cuanto el vehнculo se posу sobre el pavimento y corriу cojeando hacia Rian.

— Ivan estб ahн? — quiso saber, seсalando la sexta burbuja.

— Eso suponemos.

— Quй estб pasando?

— Shhh. Espere. — Ella hizo un gesto gracioso, un gesto con las palmas hacia abajo; Miles apretу los dientes. La impaciencia lo consumнa. Rian avanzу un paso con la cabeza erguida.

— Rнndase y coopere — dijo Rian claramente-. Si lo hace, podemos llegar a un acuerdo. Si nos desafнa, no tendrб ninguna oportunidad.

La burbuja siguiу en blanco; no se rendнa. No tenнa forma de escapar ni de atacar. Pero Ivan estб ahн dentro.

— Muy bien — suspirу Rian. Sacу un objeto parecido a un lбpiz de la manga, con el dibujo del ave grabado en rojo en un lado; ajustу un control, lo apuntу a la burbuja y pulsу. La burbuja parpadeу y la silla-flotante cayу al suelo con un ruido seco que reverberу, sin energнa. Un aullido flotу de una nube de tela blanca y cabello castaсo.

— No sabнa que eso fuera posible — susurrу Miles.

— Sуlo la Seсora Celestial tiene el control — explicу Rian. Volviу a guardarse el objeto en la manga y avanzу otro paso. Luego, se detuvo.

La haut Vio d'Chilian habнa recuperado el equilibrio casi instantбneamente. Se arrodillу a medias con un brazo bajo la manga uniformada y negra de Ivan, y levantу el cuerpo derrumbado; la otra mano armada con un cuchillo se apoyу sobre el cuello de su vнctima. Parecнa un cuchillo muy afilado, apretado contra la piel de Ivan, quien tenнa los ojos muy abiertos, dilatados pero con movimiento; estaba paralizado, no inconsciente. Y no muerto. Gracias a Dios.

Todavнa no estб muerto.

A menos que estuviera muy equivocado, Miles sabнa que la haut Vio d'Chilian le cortarнa el cuello a un hombre indefenso sin el menor reparo. Hubiera querido que el coronel Benin estuviera allн para ver eso.

— Atбquenme — dijo la haut Vio— y su criado barrayarйs morirб ahora mismo.

Miles supuso que el йnfasis en la palabra «criado» era algъn tipo de insulto hautesco. No estaba muy seguro del йxito del insulto pero… йsa era otra cuestiуn.

Miles caminу espacio hacia Rian, trazando un arco alrededor de la haut Vio, sin acercбrsele, quien lo siguiу con ojos venenosos. Ahora que estaba directamente detrбs de ella, la haut Pel hizo un gesto a Miles con la cabeza; su silla-flotante se elevу en silencio y saliу del Criadero. A buscar ayuda? Un arma? Pel era la mбs prбctica… asн que la misiуn de йl era conseguirle tiempo.

— ЎIvan! — dijo, indignado-. ЎIvan no era el que ustedes buscaban!

El rostro de la haut Vio expresу sorpresa.

— Quй?

Pero claro, lord X siempre usaba a otros, nunca se ensuciaba las manos. Miles habнa estado en el punto de mira todo el tiempo, habнa actuado directamente: por lo tanto, lord X habнa supuesto que Ivan era el jefe.

— ЎAj! — exclamу Miles-. Quй suponнan ustedes? Creнan que al ser mбs alto, y… y mбs guapo… tenнa que estar moviendo todos los hilos? Asн funciona entre los haut, eh? ЎEstъpidos, estъpidos…! Yo soy el cerebro. — Caminу hacia el otro lado, mientras seguнa farfullando-. Yo lo entendн todo desde el principio, sabнan? ЎPero no! ЎNo! Nadie me toma en serio… — Ivan moviу los ojos, la ъnica parte de su cuerpo que todavнa controlaba-. Han metido la pata con este secuestro… ЎHan puesto todo el plan en peligro para secuestrar al hombre mбs prescindible…! — De pronto, Miles temiу que la haut Pel no hubiese ido a buscar ayuda. Habнa ido al baсo a arreglarse el pelo y pensaba tomarse todo el dнa…

Bueno, sin duda habнa conseguido captar la atenciуn de todas las presentes: asesina, vнctima, hautpolicнas y demбs. Y ahora quй?

— Siempre ha sido asн, desde que йramos niсos, sabe? Cada vez que estбbamos juntos, le hablaban a йl primero, como si yo fuera un idiota de otro planeta, alguien que necesitaba un intйrprete… — La haut Pel reapareciу en el umbral y levantу la mano, la voz de Miles se convirtiу en un chillido-: Bueno, pues ya estoy harto, harto, harto, entiende?

La haut Vio se retorciу como si se diera cuenta de todo justo en el momento en que Pel hacнa zumbar el bloqueador. La mano se tensу sobre el cuchillo cuando la tocу el rayo. Miles se lanzу hacia delante, vio una lнnea roja en el borde de la hoja y alcanzу a sostener a Ivan cuando ella cayу hacia atrбs, desmayada. El borde del rayo tambiйn habнa tocado a Ivan y se le pusieron los ojos en blanco. Miles dejу que la haut Vio golpeara el suelo sola, con toda la fuerza de la gravedad. A Ivan lo bajу lentamente.

Era sуlo una herida superficial. Miles respirу de nuevo. Sacу el paсuelo del pantalуn y lo puso sobre las gotas de sangre, despuйs lo presionу contra la herida.

Levantу la vista hacia la haut Rian y la haut Pel, que flotaban cerca para examinar a la prisionera.

— Lo atrapу con una droga. Y ahora el rayo… corre algъn peligro?

— No lo creo — dijo Pel. Desmontу de la silla, se arrodillу y buscу en las mangas de la inconsciente haut Vio. Sacу varios objetos que colocу en el suelo, en una ordenada hilera. Habнa un recipiente de plata, pequeсo, con un bulbo en la punta. La haut Pel lo sacudiу bajo su graciosa naricita-. Ah, eso… No, no corre peligro. El efecto pasa enseguida. Pero cuando despierte se encontrarб muy mareado…

— Podrнa darle una dosis de sinergina, milady? — rogу Miles.

— Sн, claro.

— Me alegro. — Miles estudiу a la haut Rian. Sуlo la Seсora Celestial tiene el control. Pero Rian habнa usado el aparato como si estuviera en su pleno derecho y nadie habнa parpadeado, ni siquiera la haut Vio. Lo entiendes ahora, pequeсo? En este momento, Rian es la emperatriz de Cetaganda y todo lo que ha hecho hasta ahora ha tenido autoridad real y completa. Autoridad imperial. Doncella…, sн, claro… Otro de esos hautнtulos impenetrables y confusos que no decнan lo que significaban; habнa que saber para entenderlos.

Seguro de la recuperaciуn de Ivan, Miles se incorporу y preguntу:

— Quй estб pasando ahora? Cуmo han encontrado a Ivan? Tienen los bancos de genes? Quй…?

La haut Rian levantу una mano para detener el alud de preguntas. Hizo un gesto hacia la silla-flotante.

— Es la silla flotante de la Consorte de Sigma Ceta, pero como puede usted ver, no es la haut Nadina quien la ocupa.

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