a Yewshade, en otro Estado, más alto.
Amo las grandes montañas. Desde la verja de entrada
de la casa destartalada que alquilamos allí
se veía una forma nevada, tan lejana, tan bella
que sólo cabía lanzar un suspiro, como si
pudiera ayudar a asimilarla.
Iph
era un nido de larvas y una violeta:
una fosa en la primavera precoz de la Razón. Y sin embargo
faltaba lo esencial de la cosa; faltaba
lo que más interesa al preterista;
pues morimos cada día; el olvido prospera 520
no con fémures secos sino con vidas llenas de savia
y nuestros mejores ayeres, son ahora fétidos montones
de nombres arrugados, números telefónicos y fichas descoloridas.
Estoy dispuesto a convertirme en una florecilla
o en un moscón, pero a olvidar, jamás.
Y rechazaré la eternidad a menos que
la melancolía y la ternura
de la vida mortal; la pasión y el dolor;
la luz clarete de ese avión que desaparece
a la altura de Hesperus; tu gesto consternado 530
cuando se han acabado los cigarrillos; la manera
en que sonríes a los perros; la huella de baba plateada
que dejan los caracoles en las piedras; esta buena tinta, esta rima,
esta ficha, este delgado elástico
que cae siempre en forma de ocho,
estén en el cielo a disposición de los que acaban de morir
almacenados en sus cajas fuertes a través de los años.
En cambio
el Instituto estimaba que sería quizá prudente
no esperar demasiado del paraíso:
¿Qué hacer si no hay nadie que salude
al recién llegado, ni recepción, ni 540
adoctrinamiento? ¿Qué pasa si uno es arrojado
a un vacío sin fin, la orientación perdida,
el espíritu desnudo y absolutamente solo,
la tarea inacabada, la desesperación desconocida,
el cuerpo que empieza apenas a pudrirse,
indesvestible con traje de mañana,
la viuda postrada en una cama incierta,
ella misma borrón en la cabeza que se disuelve?
Poniendo a los dioses en su lugar, incluyendo al D. con mayúscula, 550
Iph tomaba algunos desechos periféricos
de las visiones místicas; y ofrecía triquiñuelas
(las gafas ahumadas para el eclipse de la vida)
para no perder la cabeza cuando uno se convierte en fantasma:
deslizarse de costado, elegir una curva suave y dejarse caer,
encontrar cuerpos sólidos y atravesarlos de un resbalón,
o dejar que una persona circule en usted.
Cómo reconocer en las tinieblas, con un sobresalto
Terra la Bella, una bola de jaspe.
Cómo conservar la razón en tipos de espacio en espiral. 560
Precauciones que han de adoptarse en caso
de una reencarnación monstruosa: qué hacer
al descubrir de pronto que uno
es ahora un sapo joven y vulnerable
instalado en medio de un camino frecuentado,
o un osezno bajo un pino ardiendo,
o una polilla en un libro eclesiástico otra vez de moda.
El tiempo significa sucesión, y la sucesión, cambio:
la eternidad debe, pues, perturbar
los horarios del sentimiento. Aconsejamos 570
al viudo. Se ha casado dos veces;
se encuentra con sus dos esposas, las dos amadas, amantes
y celosas una de otra. El tiempo significa crecimiento
y el crecimiento no significa nada en la vida elísea.