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NINA.- ( Desconcertada.) ¿Por qué me habla así? ¿Por qué me habla así?...

TREPLEV.- ¡Soy un solitario!... ¡Ningún afecto me conforta!... ¡Siento dentro de mí el frío de una caverna, y todo cuanto escribo es seco, sombrío y falto de corazón!... ¡Quédese aquí..., Nina!... ¡Se lo suplico!... ¡Permítame, si no, que me marche con usted! ( Con un movimiento apresurado, NINA se coloca otra vez el sombrero y la capa.) ¡Nina!... ¿Por qué?... ¡Por el amor de Dios!... ( Contemplándola mientras se cubre.) ¡Nina! ( Pausa.)

NINA.- Mis caballos esperan a la entrada de la cerca. No me acompañe. Iré sola. ( Entre lágrimas.) Deme un poco de agua.

TREPLEV.- ( Sirviéndole el agua.) ¿Adónde va usted ahora?

NINA.- A la ciudad. ( Pausa.) ¿Está aquí Irina Nikolaevna?

TREPLEV.- Sí. El jueves pasado el tío se sintió mal, y le telegrafiamos que viniera.

NINA.- ¿Por qué decía usted que besaba la tierra por donde he pisado?... ¡Lo que se debería hacer conmigo es matarme!... ( Inclinándose sobre la mesa.) ¡Estoy tan cansada!... ¡Qué bueno sería descansar!... ¡Descansar!... ( Levantando la cabeza.) Soy una gaviota... No..., no es eso... ¡Soy una artista! ( Se oyen las risas deARKADINA yTRIGORIN. NINA escucha primero, corre luego a la puerta de la izquierda y mira por la cerradura.) ¡También él está aquí!... ( Volviéndose haciaTREPLEV.) No es nada... ¡Sí!... ¡Él no tenía fe en el teatro!... ¡Se reía de mis sueños!... ¡Yo también, poco a poco, dejé de creer en él y mi ánimo fue decayendo!... ¡A esto se unía la inquietud amorosa..., los celos..., un eterno temor por el pequeño!... ¡Me volví mezquina..., nula!... ¡No daba un sentido a mis papeles, no sabía qué hacer con mis manos ni tenerme en escena!... ¡Tampoco era dueña de mi voz!... ¡Usted no sabe lo que es tener conciencia de que se ejecuta un papel terriblemente mal!... ¡Soy una gaviota!... ¡No..., no es eso!... Un día..., ¿lo recuerda?..., mató usted una... «¡El azar llevó allí a un hombre!... ¡El hombre vio a la gaviota y la mató por hacer algo!»... ¡Argumento para una novela corta!... No es eso... ( Se frota la frente con la mano.) ¿De qué estaba hablando?... ¡Ah, sí!... Hablaba de la escena... ¡Ahora soy otra!... ¡Ahora soy una verdadera artista!... ¡Represento mis papeles con fruición..., con entusiasmo!... ¡Se apodera de mí como una embriaguez en el escenario, y me reconozco a mí misma maravillosa!... ¡Aquí ando..., ando incesantemente y, mientras ando y pienso, siento cómo crecen de día en día las fuerzas de mi alma!... ¡Ahora, Kostia, sé y comprendo que en nuestras profesiones - tanto escribiendo como representando- lo principal no es la gloria, ni el brillo, ni la realización de los sueños!... ¡Lo principal es saber sufrir!... ¡Lleva tu cruz y ten fe!... ¡Yo la tengo, y por eso mi sufrimiento es menor!... Y cuando pienso en mi vocación, no temo a la vida.

TREPLEV.- ( Tristemente.) ¡Porque ha encontrado su camino! ¡Conoce dónde va!... ¡Yo, en cambio, floto en un caos de sueños e imágenes, sin saber para qué ni para quién esto es necesario! ¡No creo, y no sé cuál es mi vocación!

NINA.- ( Escuchando.) ¡Tsss!... Me voy. Adiós. Cuando sea una gran artista, venga a verme trabajar. ¿Me lo promete? ¡Ahora, todavía!... ( Estrechándole la mano.) Es ya tarde..., los pies apenas me sostienen, estoy débil, y tengo hambre.

TREPLEV.- ¡Quédese! ¡Le daré de cenar!

NINA.- ¡No, no!... ¡No me acompañe!... Los caballos están cerca... ¿Conque..., la trajo consigo?... ¡Bah! ¡Es igual!... ¡Cuándo vea a Trigorin..., no le diga nada!... ¡Le quiero!... ¡Le quiero incluso más locamente que antes!... «¡Argumento para una novela corta!»... ¡Le quiero! ¡Le quiero apasionadamente..., hasta la desesperación!... ¡Qué bueno era todo antes, Kostia! ¿Lo recuerda?... ¡Qué vida tan clara, tan cálida, tan alegre, tan pura!... ¡Qué sentimientos!... ¡Semejantes a los de las flores más tiernas y delicadas!... ¿Se acuerda? ( Recitando.) «¡Gentes, leones, águilas y codornices!... ¡Ciervos astados! ¡Gansos! ¡Arañas! ¡Peces silenciosos que poblabais el agua! ¡Estrellas del mar y demás seres que el ojo humano no alcanza a ver!... ¡Vidas todas, vidas todas, vidas todas, en suma..., que girasteis sobre vuestro triste círculo y os apagasteis!... ¡Hace ya mil siglos que la tierra no contiene ni un solo ser vivo, y que esta pobre luna enciende en vano su farol!... ¡En el prado ya no despiertan con un grito las grullas, ni se oye el chasquido del escarabajo en la arboleda de los tilos!» ( De un movimiento impulsivo abraza aTREPLEV, y sale corriendo por la puerta de cristales.)

TREPLEV.- ( Tras una pausa.) No conviene que nadie la vea en el jardín... Podrían contárselo a mi madre, y le disgustaría... ( En el espacio deun minuto rasga todos sus manuscritos y los arroja debajo de la mesa. Luego abre la puerta de la derechay sale por ella.)

DORN.- ( Tratando de abrir la de la izquierda.) ¡Qué raro! ¡Parece enteramente que está cerrada! ( Entrando y volviendo a colocar la butaca en su sitio.) ¡Carrera de obstáculos!

Escena IV

EntranARKADINA yPOLINA ANDREEVNA seguidas deMASCHA y deIAKOV, que transporta unas botellas Después, SCHAMRAEV yTRIGORIN.

ARKADINA.- El vino tinto y la cerveza para Boris Alekseevich, póngalo ahí encima de la mesa. ¡Vamos a jugar y a beber! ¡Sentémonos!

POLINA ANDREEVNA.- ( AIAKOV.) Puedes traerte el té al mismo tiempo... ( Enciende las velas y se sienta a la mesa de juego.)

SCHAMRAEV.- ( Deteniéndose conTRIGORIN ante el armario.) Aquí tengo aquello de que le hablaba... ( Sacando del armario la gaviota disecada.) ¡Su encargo!

TRIGORIN.- ( Mirando la gaviota.) ¡No recuerdo!... ( Queda un momento pensativo.) ¡No recuerdo!... ( Por el lado de la derecha y fuera de la escena suena un disparo. Todos se estremecen.)

ARKADINA.- ( Asustada.) ¿Qué es?

DORN.- Nada. ¡Seguramente algo que ha estallado en mi botiquín!... ¡No se preocupe! ( Sale por la puerta de la derecha, regresando medio minuto después.) ¡Exactamente lo que les decía! ¡Ha estallado el frasco del éter!... ( Canturreando.) «¡Ante ti otra vez, fascinado estoy!»

ARKADINA.- ( Sentándose a la mesa.) ¡Uf!... ¡Qué susto me he llevado!... ¡Me acordé de cuando...! (Se cubre el rostro con las manos.) ¡Hasta se me ha nublado la vista!...

DORN.- ( ATRIGORIN, al tiempo que hojea una revista.) Hace unos dos meses venía aquí un artículo... Era una carta de América sobre la que quería preguntarle algo... ( Cogiéndole por la cintura y atrayéndole hacia las candilejas.) Es cuestión que me interesa mucho... ( Bajando la voz.) ¡Llévese de aquí a Irina Nikolaevna! ¡Konstantin Gavrilich se ha pegado un tiro!

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