Árboles mujeres y niños
son todo lo mismo: Fondo
Las voces los cariños la nitidez la alegría
este saber que al fin estamos todos
¡Sí! Los diez dedos que miro
Ahora el sol no es horrendo como una mejilla dispuesta
no es un ropaje ni una linterna sin habla
No es tampoco la respuesta que se escucha con las rodillas
o esa dificultad de tocar las fronteras con lo más blanco de los ojos
Es ya el sol la verdad la lucidez la constancia
Se dialoga con la montaña
se la cambia por el corazón
Se puede seguir marchando ligero
El ojo del pez si arribamos al río
es justo la imagen de la dicha que Dios nos prepara
el beso ardentísimo que nos quebranta los huesos
Sí Al fin es la vida Oh qué hermosura de huevo
este amplio regalo que nos tiende ese Valle
esta limitación sobre la que apoyar la cabeza
para oír la mejor música la de los planetas distantes
Vamos todos de prisa
acerquémonos a la hoguera
Vuestras manos de pétalos y las mías de cáscara
estas deliciosas improvisaciones que nos mostramos
valen para quemarlas para mantener la confianza en el mañana
para que la conversación pueda seguir ignorando la ropa
Yo ignoro la ropa ¿Y tú?
Yo vestido con trescientos vestidos o cáñamo
envuelto en mis ropones más broncos
conservo la dignidad de la aurora y alardeo de desnudeces
Si me acariciáis yo creeré que está descargando una tormenta
y preguntaré si los rayos son de siete colores
O a lo mejor estaré pensando en el aire
y en esa ligera brisa que riza la piel indefensa
Con la punta del pie no me río
más bien conservo mi dignidad
y si me muevo por la escena lo hago como un excelente
como la más incauta hormiguita
Así por la mañana o por la tarde
cuando llegan las multitudes yo saludo con el gesto
y no les muestro el talón porque eso es una grosería
Antes bien les sonrío les tiendo la mano
dejo escapar un pensamiento una mariposa irisada
mientras rubrico mi protesta convirtiéndome en estiércol
Espina tú oído blanco
Mundo mundo
inmensidad del cielo calor remotas tempestades
Universo tocado con la yema
donde una herida abierta
ayer fue abeja hoy rosa ayer lo inseparable
Soy tú rodando entre otros velos
silencio o claridad tierra o los astros
soy tú yo mismo, yo, soy tú, yo mío,
entre vuelo de mundos bajo el frío
tiritando en lo blanco que no habla
separado de mí como un cuchillo
que separa dos rosas cuando nieva
Las ventanas abiertas
Voy a cantar doblando
Canto con todo el cuerpo
moviendo músculos de bronce
y sosteniendo el cielo derrumbado como un sollozo retenido
Con mis puños de cristal lúcido quiero ignorar las luces
quiero ignorar tu nombre oh belleza diminuta
Entretenido en amanecer
en expulsar esta clarividencia que me rebosa
siento por corazón un recuerdo acaso una pluma
acaso ese navío frágil olvidado entre dos ríos
Voy a virar en redondo
¿Cómo era sonreír cómo era?
Era una historia sencilla fácil de narrar olvidada
mientras la luz se hacía cuerpo y se llevaban las sangres
Qué fácil confundir un beso y un coágulo
Oh no torzáis los rostros como si un viento los doblase
acordaos que el alba es una punta no afilada
y que su suavidad de pluma es propicia a los sueños
Un candor una blancura una almohada ignorante de las cabezas
reposa en otros valles donde el calor está quieto
donde ha descendido sin tomar cuerpo
porque ignora todavía el bulto de las letras
esos lingotes de carne que no pueden envolverse con nada
Esta constancia esta vigencia este saber que existe
que no sirve cerrar los ojos y hundir el brazo en el río
que los peces de escamas frágiles no destellan como manos
que resbalan todas las dudas al tiempo que la garganta se obstruye
Pero no existen lágrimas
Vellones lana vivida límites bien tangibles
descienden por las laderas para recordarme los brazos
¡Oh sí! la tierra es abarcable y los dedos lo saben
Ellos ciegos de noche se buscan por las antípodas
sin más guía que la fiebre que reina por otros cielos
sin más norte oh caricia que sus labios cruzados
Allá en los montes otros
cuerpo perdido mares retirados
allá en los montes otros
donde ni una pena pequeña o engendrada
se lamenta como un hilo blanco
como la brisa o barco derivando
Allá por las serenas
luces de más allá más todavía
por donde los navíos como rostros
dulcemente contraídos no llevan su pasaje
pero resbalan mudos
hasta dar en lo opaco como lienzos
Todos dormidos
mares túneles vientres y cadenas
todos respirando despacio
una tinta emitida por una boca triste
todos echando luz o pena como lana
todos aquí besando el cristal mágico
Como leche extendida
como zozobra que se aplaca
como empañado espejo que no es ojo
porque como está gris el humo es suyo
todos piedras redondas como cielo
descansan su destino tibiamente
Adiós Ruedan las dichas
ruedan penas de hierba sosegada
ese rumor blandura o esperanza
crepitan ya los ayes amarillos
que bajo el pie son aguas como espejos
Inauguran festejos las espinas
que en silencio desfilan sin herirse
estallan los contactos al pasaje
bajo nubes rizadas como adioses
Adiós
Bajo las sombras
por entre las ruinas y los pechos
tropezando en esquinas o en latidos
sombra luna pavor velando pasan
mundo
(adiós)
trasladado
(amor)
remoto