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¿Cómo voy a ir a ver a Teófilo si no tengo plata para el barco? Y dónde voy a trabajar, el Moquitos es muy rencoroso, no quiere recibirme porque lo deje para entrar a Pantilandia. De lavandera otra vez no quiero, es matador el cansancio y se tiene encima a la policía que se tira todo lo que una gana. No hay donde ir, señora. Bésalo y amáñate bien, como las mujeres sabemos, harás que me perdone y yo iré de rodillas a besarte tus pies. Pienso en mi Teófilo allá en Borja y quiero matarme, clavarme una espinita de chambira en el corazón como hacen los chunchos en las tribus y se acabó la pena, pero mi prima Rosita no me deja y además sé que ni Dios nuestro Señor ni el Hermano Francisco, su capataz aquí en la tierra, me lo perdonarían, ellos quieren a todas las criaturas, hasta a una puta la quieren. Apiádese de mí y que me contrate de nuevo, nunca más le daré el menor colerón, te lo juro por tu hijita, voy a rezar por ella hasta ponerme ronca, señora. Me llamo Maclovia, el ya sabe.

Le agradezco tanto, pues, señora Pantoja, que Dios se lo pague, le beso los pies y lo mismo a tu hijita, con toda mi devoción,

MACLOVIA

Solicitud de baja del Ejército del comandante (CCC) Godofredo Beltrán Calila, jefe del Cuerpo de Capellanes Castrenses de la V Región (Amazonía).

Iquitos, 4 de diciembre de 1957

General de Brigada Roger Scavino

Comandante en jefe de la V Región (Amazonía)

Presente.

Mi general:

Cumplo el penoso deber de solicitar por su intermedio mi baja inmediata del Ejército Peruano, en cuyas filas tengo el honor de servir hace dieciocho años, es decir desde el mismo año en que me ordené sacerdote, y en el que he alcanzado, quiero creer que por mis merecimientos, el grado de comandante. Asimismo, cumplo el tristísimo imperativo moral de devolver al Ejército, a través de Usted, mi superior inmediato, las tres condecoraciones y las cuatro citaciones honrosas con las que, a lo largo de mis años de servicio en el sacrificado y postergado Cuerpo de Capellanes Castrenses (CCC), las Fuerzas Armadas han querido alentar mis esfuerzos y rendir mi gratitud.

Siento la obligación de dejar claramente puntualizado, que la razón de mi apartamiento de esta institución y de estas medallas y diplomas, es la ominosa existencia, como organismo semiclandestino de nuestro Ejército, del llamado Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines, eufemístico nombre que cintura, en realidad, un activo y creciente tráfico de rameras entre Iquitos y los campamentos militares y bases navales de la Amazonía. Ni como sacerdote ni como soldado puedo admitir que el Ejército de Bolognesi y de Alfonso Ugarte, que ha constelado la Historia del Perú de acciones nobles y de héroes insignes, descienda al vergonzoso extremo de prohijar en su seno, subvencionándolo con su propio presupuesto y poniendo a su servicio su logística y su cuerpo de Intendentes, al amor mercenario. Sólo quiero recordar la paradoja contrastante que hay en el hecho de no haber conseguido yo, en dieciocho años de insistentes ruegos y gestiones, que el Ejército crease una sección movilizable de sacerdotes, a fin de llevar periódicamente a los soldados de las apartadas guarniciones donde no hay capellán, que son las más, los sacramentos de la confesión y la comunión, y el de que el mencionado Servicio de Visitadoras disponga en la actualidad, apenas al año y medio de creado, de un hidroavión, un barco, una camioneta y un modernísimo equipo de comunicaciones para repartir por todo lo dilatado de nuestra selva, el pecado, la lascivia y, sin duda, la sífilis.

Quiero hacer observar, por fin, que este singular Servicio aparece y prospera justamente cuando, en la Amazonía, la fe católica, religión oficial del Perú y de sus Fuerzas Armadas, es amenazada por una peste supersticiosa que, con el nombre de Hermandad del Arca asola aldeas y pueblos, gana adeptos día a día entre la gente ignorante e ingenua, y cuyo grotesco culto al niño bestialmente sacrificado en Moronacocha se extiende por doquier, incluidos, como se ha comprobado, los cuarteles de la selva. No necesito recordar a Usted, mi general, que hace apenas dos meses, en el Puesto de San Bartolomé, río Ucayali, un grupo de reclutas fanáticos, secretamente organizados en un arca, intentaron crucificar vivo a un indio piro para conjurar una tormenta, lo que debió ser impedido a balazos por los oficiales de la unidad. Y es en este momento, cuando el Cuerpo de Capellanes Castrenses lucha denodadamente contra este flagelo blasfematorio y homicida en el seno de los regimientos amazónicos, cuando la superioridad cree oportuno autorizar y promover el funcionamiento de un Servicio que embota la moral y relaja las costumbres de la tropa. Que nuestro Ejército fomente la prostitución y asuma él mismo la degradante función de la tercería, es un síntoma de descomposición demasiado grave para permanecer indiferente. Si la disolución ética hace presa de la columna vertebral de nuestro país, que son las Fuerzas Armadas, en cualquier momento la gangrena puede extenderse por todo el organismo sacrosanto de la Patria.

Este modesto sacerdote soldado no quiere ser cómplice por comisión ni por omisión de tan terrible proceso.

Lo saluda militarmente,

Comandante (CCC) GODOFREDO BELTRÁN CALILA

jefe del Cuerpo de Capellanes Castrenses de la V Región (Amazonía)

ANOTACIÓN:

Trasládese la presente solicitud al Ministerio de Guerra y al Estado Mayor del Ejército, con recomendación de que:

1. Sea aceptado el pedido de baja del comandante (CCC) Beltrán Calila, por ser su decisión de carácter irrevocable;

2. Se le amoneste suavemente por los términos algo destemplados en que ha fundado su solicitud, y

3. Se le agradezcan los servicios prestados.

Firmado:

general ROGER SCAVINO

comandante en jefe de la V Región (Amazonía)

Emisión de La Voz del Sinchi del 9 de febrero de 1958 por Radio Amazonas

Y dando las dieciocho horas exactas en el reloj Movado que orna la pared de nuestros estudios, Radio Amazonas se complace en presentar a sus queridos oyentes el más escuchado programa de su sintonía:

Compases del vals “ La Contamanina ”; suben, bajan y quedan como fondo sonoro.

¡ LA VOZ DEL SINCHI!

Compases del vals “ La Contamanina ”; suben, bajan y quedan como fondo sonoro.

Media hora de comentarios, críticas, anécdotas, informaciones, siempre al servicio de la verdad y la justicia. La voz que recoge y prodiga por las ondas las palpitaciones populares de la Amazonía Peruana. Un programa vivo y sencillamente humano, escrito y radiado por el conocido periodista Germán Láudano Rosales, el Sinchi.

Compases del vals “ La Contamanina ”; suben, bajan y se cortan totalmente.

Muy buenas tardes, queridos y distinguidos radioescuchas. Aquí me tienen una vez más en las ondas de Radio Amazonas, la primera emisora del Oriente Peruano, para llevar al hombre de la urbe cosmopolita y a la mujer de la lejana tribu que da sus primeros pasos por las rutas de la civilización, al próspero comerciante y al humilde agricultor de la solitaria tahuampa, es decir, a todos los que luchan y trabajan por el progreso de nuestra indomable Amazonía, treinta minutos de amistad, de esparcimiento, de revelaciones confidenciales y alturados debates, reportajes que causan sensación y noticias que hacen historia, desde Iquitos, faro de peruanidad engastado en el inmenso verdor de nuestra selva. Pero antes de continuar, queridos oyentes, algunos consejos comerciales:

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