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Uno de los discípulos de Lachman Dev corrió a comunicar a su maestro el sacrilegio que había sido perpetrado; cuando el vairagi regresó trató en vano mediante su magia de dar la vuelta a la alfombra. Entonces reconociendo la divinidad de Govind Singh se postró a sus pies y le pidió ser su banda (esclavo). Después de haber sido iniciado por el Guru, éste cambió su nombre por el de Banda Singh, con el cual pasó a la historia.

El Guru se asentó en esta pequeña ciudad y envió a Banda al Punjab a luchar contra Qazir Khan y los Rajas de las colinas.

En aquel tiempo, en el mes de marzo, el Guru conoció a un pathan, un cierto Gul Khan que era nieto de Painda Khan y a quien Guru Har Govind dio muerte en el transcurso de una batalla. El Guru sintió gran afecto por este hombre y le tomó a su servicio.

Un día Govind Singh comenzó a burlarse de él diciéndole: "Si el nieto de aquel que ha sido matado por alguien recibe su sustento de él, ¿cómo llamarías tú a esa persona?"

El pathan contestó: "Si un hombre permanece con el enemigo de su padre y de su abuelo y recibe su alimento de él, ciertamente debe ser una persona despreciable e indigna".

El Guru contestó: "Si un pathan viviera con el enemigo de su padre y de su abuelo, ¿cómo le considerarías?" Aquel contestó: "No lo consideraría un pathan sino un tejedor (cobarde)".

El Guru dijo aún: "¿Qué es lo que harías si te encontraras con el enemigo de tu padre y de tu abuelo y tuvieras un arma en tu mano?" y el pathan respondió: "No le dejaría vivir

más".

Gul Khan comenzó a pensar el porqué su Guru le hacía tales preguntas y cuando se enteró de que Govind Singh era descendiente de Guru Har Govind se sintió burlado y miserable y resolvió vengarse en cuanto se presentara una oportunidad.

Un día un sikh trajo ante el Guru una bellísima daga de un país lejano. Govind Singh viendo el brillo de su filo quedó muy complacido y siempre la llevaba con él. Un día le preguntó al pathan cuántas estocadas de esta daga se necesitarían para matar a un hombre. Aquél te contestó que con una sola sería suficiente. El Guru siguió preguntándole: "Bien, ¿si aquel por cuyo padre y abuelo fueron dados muerte se presentara ante ti y tuvieras esta daga en tus manos, qué es lo que harías?".

Oyendo esto el pathan sintió una gran cólera en su corazón pero no pudo decir nada.

Poco después el Guru se echó a dormir y sus guardianes se retiraron a sus tiendas. El pathan, que había permanecido sentado a su lado, tomó suavemente la daga de la mano del Guru y se la introdujo en la cintura. Pensando que lo había matado, huyó apresuradamente. Govind Singh, que no había muerto, viendo su herida, pidió auxilio y pronto todos los sikhs se reunieron y corrieron en las cuatro direcciones hasta que capturaron al pathan y lo trajeron a presencia del Guru.

Se dice que éste alabó la valentía del pathan y le dejó en libertad, diciendo a los sikhs que se hallaban compungidos ante el estado de su Guru, que no deberían apenarse, pues

todo había ocurrido según el deseo del Señor; el pathan no le había herido pérfidamente sino que él mismo le había provocado intencionadamente.

La herida fue cosida y ya casi había sanado, cuando un día Govind Singh, en el transcurso de unos juegos tensó un arco con gran fuerza, abriéndose sus llagas de nuevo y sangrando profusamente.

El galeno hizo una nueva cura, pero el Guru rehusó descansar y montando su caballo viajó hacia el Sur. Cuando hubo llegado a Nader se sintió exhausto y ordenó a sus sikhs

parar en el lugar. Viendo su hora cercana, mandó construir una pira y dio algunas instrucciones para la cremación de su cuerpo.

Habiendo cumplido sus órdenes, los devotos se agruparon a su alrededor con las manos unidas y le preguntaron quién iba a ser el sucesor en el trono del Guru. Govind Singh, encomendando a sus devotos a Dios, colocó las cinco paisas rituales sobre el Adi Granth y les dijo que en adelante este libro sería su Guru. Luego se sentó sobre la pira funeraria y después de meditar durante un largo tiempo, y tras cantar un bellísimo son, se tumbó, cerró los ojos y expiró.

Esto sucedió el quinto día de la mitad resplandeciente del mes de Kartik, en el año de Sambat, era el jueves 7 de octubre de 1708 cuando Guru Nanak acabó así su larga encarnación en diez cuerpos humanos, la cual había comenzado en 1469, cerca de 240 años atrás.

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