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El Evangelio De Gur? Nanak - pic_1.jpg

José Ignacio Guerra

El Evangelio De Gurú Nanak

Vida y obra de Gurú Nanak y de los diez Gurús Sikhs

PARTE I

INTRODUCCION

LA INDIA ANTE GURU NANAK

Divididos en necias y personales disputas dinásticas, el pueblo de la India ofreció una pobre defensa contra los rudos y enérgicos invasores musulmanes del Medio Oriente. En cada provincia unas pocas batallas, unas cuantas traiciones e intrigas y todo fue perdido; los gobernantes nativos fueron reemplazados por musulmanes, los templos por mezquitas y los Puranas por el Corán. Esto sucedió a escala nacional. Desde luego, millones de hindúes conservaron su propia religión, aunque pagando un precio muy alto y llevando una vida de esclavitud.

Practicaban sus ritos y sus costumbres sociales bajo la amenaza de que en cualquier momento fueran interrumpidos y castigados con la tortura o la muerte. Muchos perecieron antes de abdicar de sus creencias; otros, en cambio, no sintieron en su corazón la religión como algo tan pesado, y abrazaron el Islam.

El hinduismo, como era entendido entonces, predicaba la no resistencia y dirigía los ojos de sus creyentes hacia un futuro mejor en el Swarga (paraíso), haciendo así al pueblo indiferente a las miserias de la vida en la Tierra. Sólo los brahmines tenían permitido estudiar los libros sagrados escritos en sánscrito. La religión para ellos se había convertido en un modo especial de comer, beber, bañarse, pintarse la frente con las marcas de la casta, casarse y oficiar los entierros. La experiencia directa de Dios -,e había perdido por completo y las masas se hallaban inmersas en el más penoso materialismo y superstición.

Socialmente la condición del pueblo era miserable. El emperador de Delhi les ignoraba completamente; la mayoría de los musulmanes sostenía que los hindúes habían sido creados para ser esclavos de los creyentes del Islam. Nanak mismo dice que en esos días "los reyes se habían vuelto carniceros y caníbales"; no había nadie que defendiera el honor del débil.

Tampoco los musulmanes eran muy felices. Excesivamente intolerantes y fanáticos en su mayoría ignoraban su propia religión, sus mul`las (sacerdotes) no eran en modo alguno más espirituales que los brahmines, siendo frecuente que desconocieran no sólo los principios del Corán, sino las más esenciales leyes del Shari'at. Consideraban a las mujeres poco más que juguetes o animales y las confinaban a sus habitaciones. Cuando una hija venía al mundo era considerado como una calamidad, y en consecuencia el infanticidio, estrictamente prohibido por el Corán, era una práctica frecuente.

Incluso en esos días de oscuridad hubo unos pocos hombres que abandonaron la sociedad y se establecieron en bosques y desiertos viviendo una vida de dedicación y entrega al Señor.

Así por ejemplo, en Maharashtra, los santos de Vitthal, seguidores de Jnanadeva, Namdev y Ekanath; en Gularat Narasingh Mehta; en Bengala, Chaitanya y en las planicies del Ganges, Kabir comenzó a agitar las multitudes con un nuevo sentimiento de devoción.

Así, pues, una atmósfera de esperanza se fue consolidando ante la esperada venida del Guru. Advaitachanya en la lejana comarca de Navadwip pasaba los días rezando por un

avatar3 de Dios que salvase a la gente de su vacía vanidad, de sus dioses y filosofías y de la tiranía de los gobernantes. Aquí y allá, en las intrincadas junglas, en las agrestes montañas y en los valles perdidos, grupos de eremitas y buscadores de Dios animaron al pueblo con sones devocionales y con sus peculiares medios yóguicos para alcanzar la verdad. La hora estaba cercana.

Guru Nanak empezó su misión ridiculizando las falsas creencias y las demostraciones y enseñando una vida de absoluta hermandad.

El sacó a la gente de sus sueños supersticiosos y dándoles el conocimiento de su verdadero ser, de su esencia divina, les abrió la puerta a una nueva vida en la que el hombre vivía en meditación en un estado de continua experiencia de paz, dicha y amor, dedicado a su. servicio no como al Dios abstracto y lejano de las religiones sino como a un amigo personal.

En casi todos sus versos y canciones Guru Nanak nos habla y ensalza las glorias del Nombre, de la Palabra, Es sólo en el momento que el devoto recibía el Pahul (conocimiento), el día de la iniciación, que le era revelado este Nombre Supremo. Este Nombre no era una mera repetición de uno de esos "nombres" de Dios que cantaban y recitaban con los labios aquellos que Guru Nanak llamaba hipócritas. Este Nombre

sagrado no podía ser pronunciado con la lengua ni tampoco pensado con la mente.

¿Cuál era pues este Nombre, esta Palabra impartida por Guru Nanak a sus devotos?

Esta vibración primordial es el nexo, el eslabón que le falta al hombre finito para comunicarse con su padre infinito.

Nanak nos dice en sus poemas que cuando este Nombre se manifiesta en el hombre, éste obtiene un sentimiento de éxtasis y unidad con todo el universo, del cual él es una parte

y le lleva a la realización de Dios en su propio cuerpo.

LA COMPOSICION DEL ADI GRANTH

El Adi Granth o libro santo de los Sikhs, de donde principalmente ha sido extraída esta obra, fue recopilado por Guru Arjuna, que recogió los escritos de sus cuatro predecesores, de los antiguos y famosos Bhagats, de los Bhatts y de sus propias creaciones poéticas, Después de Arjuna fueron añadidos los versos de Teg Bahadur y un solo poema de su hijo Guru Govind Singh.

Casi todos los panegíricos de los Bhagats y los Bhatts carecen realmente de interés poético a excepción quizá de Kabir; tampoco las creaciones de los Gurus Sikhs son extraordinarias y no dejan de ser meras repeticiones de la obra de Nanak. En este libro me he limitado a ceñirme a los poemas del Baba que son la esencia del Granth, pues aproximadamente las tres cuartas partes de él están compuestas por Nanak.

De cualquier modo, y para los estudiosos y amantes de los datos, los autores del Granth son los siguientes:

GURUS SIKR: Baba Nanak; Guru Angad; Amar Das; Ram Das; Guru Arjuna; Teg Bahadur; Guru Govind Singh.

BHAGATS: Beni, Bhikan; Dhanna; Farid (sheikh); Jayadeva; Kabir; Namdev; Pipa; Ramanand; Ravidas; Sadhana; Samu; Surdas; Trilocan.

BHATTS: Bhalhan; Bhika; Das; Ganga; Haribans; Jalan; Jalep; Kal; Kalasu; Kalasahar; Kiratu; Mathura; Nal; Rad; Sal.

Los Bhatts eran devotos de diferentes Gurus Sikhs y en sus poemas se dedican a ensalzar y glorificar a sus respectivos Maestros.

El Adi Granth en sí mismo consiste de las siguientes partes:

I. El Jap-ji, o la oración de la mañana.

II. El So-Daru consistente en extractos de las Ragas Asa y Gauri. Usado por los Sikhs como oración vespertina.

III. El So Purkhu consistente en extractos del Raga Asa.

IV. El Sohila consistente en extractos de las Ragas Asa, Gauri y Dhanarasi. Usado como oración antes de ir a descansar.

Estos extractos fueron recogidos para uso devocional y colocados por tanto al principio del Granth. Luego siguen:

V. Las Ragas que forman el cuerpo del Granth, que suman 31 en total y son las siguientes:

1) Shri Raga 17) RagaGaud

2) Raga Majh 18) Raga Ramkali

3) Raga Gauri 19) Raga Natnarain

4) Raga Asa 20) Raga Maligaura

5) Raga Gu jri 21) Raga Maru

6) Raga Devgandhari 22) Raga Tukhari

7) Raga Bihagra 23) Raga Kedara

8) Raga Vadhansu 24) Raga Bhairan

9) Raga Sorathi 25) Raga Basantu

10) Raga Dhanasari 26) Raga Sarang

11) Raga J aitsiri 27) Raga Malar

12) Raga Todi 28) Raga Kanara

13) Raga Bairari 29) Raga Kalian

14) RagaTilang 30) RagaPrabhata

15) Raga Suni 31) Raga Jaijavanti

16) Raga Bilavalu

VI. La llamada Bhog o conclusión del Granth, la cual está formada por diferentes Slokas de Nanak, los Guru Sikhs, los Bhagatts y los Bhatts.

Los versos de los diferentes Gurus han sido distribuidos en las arriba mencionadas Rapas sin ningún motivo aparente, ya que parece no existir ninguna conexión interna entre ellos.

El Nombre de la Raga en consecuencia no sirve de referencia a su contenido. Igualmente al final de cada Raga son añadidos frecuentemente los dichos de uno o más Bhagats que de la misma manera parecen haber sido seleccionados de idéntico modo arbitrario.

No hay sistema ni orden en ninguna de las Ragas. En conclusión todo parece señalar que este monumental libro gira alrededor de la figura de Nanak y sus cuatro Ragas, que encierran lo más importante de su mensaje y son comparativamente de compases más largos y majestuosos; las siguientes Ragas menores tal como muchos eruditos Sikhs me afirmaron, corresponden a una segunda recolección de material que sin ningún valor intrínseco sirvió para dar al Granth un volumen y una apariencia de peso. En consecuencia, el Granth es un libro inconexo, repetitivo en ideas, pues exceptuando las geniales creaciones del Baba, el resto de las Ragas no hace sino repetir hasta la saciedad entre variaciones sin fin una mera mescolanza de versos.

Es por esta razón que al traducir el Adi Granth he querido ofrecer al lector de habla hispana la quintaesencia misma de él, contenida en el Jap-ji y sus cuatro Ragas maestras: Sri Raga, Raga Gauri, Raga Majh y Raga Asa. De especial interés son sus dos bellísimos poemas devocionales, los poemas de las estaciones y los poemas de los días lunares; y sus grandiosas y profundas Estaciones de la vida. Tanto aquellos como estos

últimos han sido entresacados de las Ragas Shri Raga y Gauri respectivamente.

El idioma que es empleado a través de esta obra varía ostensiblemente de acuerdo a la región en que cada autor vivió. Lingüísticamente es apreciado como un tesoro de los viejos dialectos hindi y considerado como la compilación más importante del lenguaje medieval en India. El Granth está escrito en punjabi mezclado con un hindi obsoleto e imposible de hallar en ninguna otra obra, que viene a ser un idioma intermedio entre los antiguos dialectos prakrit y los lenguajes modernos del grupo ario.

Nanak y sus sucesores fueron todos panjabis, pero el idioma que emplearon no difiere tanto del hindi de la época como el moderno punjabi lo hace del hindi actual. Este idioma resulta por tanto una curiosa amalgama en la que frecuentemente se entremezcla el uso de provincialismos que dan un color particular a su dicción, al mismo tiempo que llega más al entendimiento de los devotos sikhs, punjabis en su mayoría.

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