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Esta gente es imposible. No se puede hablar con ellos. Quiero irme a casa, pensу Miles, cansado.

— Quй va a pasar con el ghemgeneral Naru?

— Serб ejecutado — dijo el Emperador. Habнa que darle crйdito: era evidente que la idea no le causaba mucha alegrнa-. El cuerpo de Seguridad tiene que ser… seguro.

Miles no podнa discutir eso.

— Y el haut Kety? Otra ejecuciуn?

— Se va a retirar inmediatamente. Deberб someterse a una supervisiуn constante por motivos de salud. Si no estб de acuerdo, que se suicide.

— Piensan obligarlo a suicidarse si es necesario?

— Kety es joven. Va a elegir la vida y otros dнas y oportunidades.

— Y los gobernadores?

Giaja frunciу el ceсo con disgusto, mirando a las consortes.

— Podemos concluir el caso cerrando los ojos. Pero no creo que consigan muchos puestos pъblicos en lo que les queda de vida.

— Y… — Miles dirigiу una mirada a las damas-. Y la haut Vio? Quй pasa con ella? Los otros trataron de cometer homicidio. Ella lo consiguiу.

Rian asintiу.

— Le vamos a ofrecer la posibilidad de elegir — dijo con voz inexpresiva-. Reemplazar a Ba Lura, vivir sin sexo, sin pelo y en condiciуn de ba, con el metabolismo alterado, el cuerpo mбs grueso… y volver a una vida en el Jardнn Celestial como tanto deseaba. O un suicidio sin dolor.

— Y quй… quй decidirб?

— El suicidio, espero — dijo Nadina con sinceridad.

Una justicia distinta para cada uno. Ahora que la excitaciуn de la caza habнa desaparecido, Miles sintiу un asco enorme frente a los despojos de la matanza. Y por esto he puesto en peligro mi vida?

— Y la haut Rian? Y yo?

Fletchir Giaja le dirigiу una mirada frнa y distante, a muchos aсos luz de distancia.

— Voy a retirarme a pensar en ese… ese problema.

Despuйs de una breve consulta en voz baja, el Emperador llamу a Benin para que escoltara a Miles, pero, escoltarlo adуnde? A casa, a la embajada o de cabeza a la mazmorra mбs cercana? Habнa mazmorras en el jardнn Celestial?

A casa, segъn parecнa, porque Benin devolviу a Miles a la compaснa de Vorreedi e Ivan, y los llevу a la puerta oeste, donde los esperaba un auto de la embajada de Barrayar. Ahн se detuvieron y el ghemcoronel se dirigiу a Vorreedi.

— No podemos controlar lo que ustedes incluyen en sus informes oficiales, coronel. Pero mi Seсor Celestial… — Benin hizo una pausa para seleccionar un tйrmino conveniente y delicado-. Mi Seсor Celestial espera que no aparezca nada de lo que han visto y oнdo hoy en los rumores sociales de la ciudad.

— Eso puedo prometerlo, creo yo — dijo Vorreedi con sinceridad.

Benin asintiу, satisfecho.

— Puedo contar con su palabra de honor al respecto?

Habнa hecho sus deberes con respecto a las costumbres de Barrayar, entonces. Los tres barrayareses dieron su palabra de honor y Benin los liberу al aire hъmedo de la noche. Faltaban unas dos horas para el amanecer, supuso Miles.

El auto de la embajada estaba en sombras, por suerte. Miles se acomodу en un rincуn; envidiaba a Ivan por su habilidad para hacerse invisible, hubiera querido poder saltarse las ceremonias del dнa siguiente y volver a casa inmediatamente. Pero no. Si habнa llegado hasta aquн, era muy capaz de seguir hasta el amargo final.

Vorreedi habнa llegado mбs allб de la emociуn y ahora viajaba en silencio. Sуlo una vez se dirigiу a Miles en tono frнo.

— Quй diablos creнa usted que estaba haciendo, Vorkosigan?

— Impedн que el imperio de Cetaganda se dividiera en ocho unidades agresivas. Hice fracasar los planes de provocar una guerra entre algunas de esas unidades y Barrayar. Sobrevivн a un intento de asesinato y ayudй a atrapar a tres traidores. No eran traidores a Barrayar, eso lo admito. Ah. Y resolvн un asesinato. Suficiente para un viaje, creo yo.

Vorreedi luchу consigo mismo un momento y despuйs ladrу:

— Es usted agente especial o no?

En una lista de los que necesitaban saberlo… no figuraba el nombre de Vorreedi. No en ese momento. Miles suspirу por dentro.

— Bueno, si no soy un agente especial… me he comportado como si lo fuera, no le parece?

Ivan hizo un gesto de espanto. Vorreedi volviу a sentarse. No hizo ningъn comentario, pero todo su cuerpo irradiaba exasperaciуn. Miles sonriу con amargura en la oscuridad.

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