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—Ella tiene una base importante en los ordenadores de la Casa para ayudarla —dijo Grant—. Puede sacar tiempo de redes a las que tú ni siquiera podías consultar cuando tenías su edad.

—Con una infraestructura que a su edad yo ni siquiera sabía que existía. Sí. Y no tenía su experiencia ni muchas otras cosas de las que ella dispone... Yo era más joven, en varios sentidos. Mierda, trabajó mucho en esto. Y claro, no dijo ni una palabra de lo que estaba haciendo. Creo que es obra suya. Todo el modelo es de lo más inocente, puso dos bombas de relojería en el grupo central y eso es demasiado si está tratando de causar un fallo, pero seguramente lo va a hacer funcionar puliéndolo cada vez más. Tal vez comparando una tendencia con otra. —Otro sorbo y un movimiento de aprobación con la cabeza—. Ya sabes lo que significa, ¿verdad? Es un soborno. Dos ventanitas hacia esas notas de Archivo y las dos totalmente inéditas. Y yo estoy aquí sentado, tratando de pensar qué más puede haber ahí dentro, cosas que podrían hacer que todo mi trabajo sea obsoleto antes de que se publique, o ser la clave de cualquier cosa que yo pudiera hacer de ahora en adelante o de lo que podría haber hecho si Ari no hubiera muerto asesinada. Y estoy sopesando todo eso contra la idea de perder años de contacto con Jordan. Contra la posibilidad de que ninguno de los dos pueda nunca...

La voz se le quebró otra vez. Tomó un trago y miró la pared.

—Porque no hay salida —concluyó después de tomar más tragos de whisky y sentirse mareado—. Ni siquiera sé por qué ni qué parte de este informe es real, ni cuánto de Gehenna hay en esto. —Miró a Grant y se odió por la situación en la que estaba, porque era la oportunidad de Grant de ir a Planys la que había estallado, tanto como la suya. Grant se había quedado sentado, esperando en casa durante las otras visitas, porque todo el peso de la ley y las costumbres y los hechos prácticos de la vulnerabilidad azi de Grant a la manipulación y su habilidad para recordar y enfocar en una instrucción, todo eso le había impedido ir a Planys hasta el momento.

Ahora, los carceleros tenían la última excusa, si es que alguna vez habían necesitado una.

—No tenía ni idea —le dijo a Grant—. No tenía ni idea de lo que ella estaba haciendo ni de adonde quería llegar.

—Ari no es totalmente inocente en esto —replicó Grant—. Si está trabajando en lo de Gehenna, y quiere trabajar contigo, sabe que esto será mal recibido en algunos círculos; y que tú entenderás enseguida los diseños. Ari está acostumbrada a salirse con la suya. Más que eso, está convencida de que es importante que ella se salga con la suya. Ten cuidado. Ten mucho cuidado con ella.

—Ella sabe algo, algo que tiene que ver con Gehenna, y es una cuestión que no se ha hecho pública. Grant lo miró un rato largo con dureza.

—Ten cuidado —repitió—. Por favor, ten cuidado, Justin.

—Mierda, yo... —La frustración en la voz de Grant lo golpeó de pronto, le hirió los nervios a flor de piel, incluso a través del whisky. Dejó el vaso y apoyó los codos sobre las rodillas, las manos sobre la nuca—. Señor, Señor. —Las lágrimas le llenaron los ojos, no había llorado así desde hacía años. Cerró los ojos y los apretó, trató de detener las lágrimas mientras sentía el silencio doloroso de la habitación.

Después de un rato, se puso en pie y añadió más whisky a su vaso. Se quedó de pie, mirando el rincón hasta que oyó que Grant se levantaba y caminaba hasta el bar. Entonces lo miró, cogió el vaso de Grant y le añadió más hielo y whisky.

—Algún día la situación va a cambiar —murmuró Grant, cogió el vaso y lo tocó con el de Justin, un ruidito frágil, leve, de vidrio contra vidrio—. Trata de no perder el equilibrio. No puedes hacer nada más. El escrutinio de la elección terminará en otoño. Toda la situación puede cambiar, no de la noche a la mañana, pero puede cambiar, te lo aseguro.

—Khalid podría ganar.

—Y nos podría caer un meteorito. ¿Nos preocupamos por eso? Basta. Ven a dormir. ¿De acuerdo?

Justin se estremeció, bebió el resto del trago y volvió a estremecerse. No podía emborracharse lo suficiente.

Golpeó el vaso contra el bar y se alejó de un empujón. Haría lo que Grant le había pedido.

II

Ari —había dicho la voz de Justin por el Cuidador—. En mi oficina por la mañana.

Así que ella había ido, ya lo estaba esperando cuando él llegó y la saludó al abrir la puerta. Había acudido solo a la cita, hecho excepcional.

—Ari, te debo una disculpa, una disculpa muy seria por lo de ayer. —Tenía el informe con él, lo dejó sobre el escritorio e hizo sonar las páginas con los dedos—. Tú lo hiciste. Tú misma. Fue idea tuya.

—Sí —dijo ella, ansiosa.

—Es notable. Es un trabajo realmente notable. No digo que esté bien, entiéndeme, pero voy a tardar un poco en leerlo, no sólo por el tamaño. ¿Le enseñaste esto a tu tío?

Ella negó con un gesto. Resultaba difícil hablar con coherencia. Casi no había dormido.

—No, lo hice para ti.

—Y yo no te lo agradecí mucho. Discúlpame. Yo también he pasado por eso con Yanni. No quise hacértelo a ti.

—Entiendo que estés preocupado. En serio. —Grant podía llegar en cualquier momento y Ari quería decir eso antes—. Justin, Grant se enfadó conmigo. Tenía razón. Pero yo también tengo razón. Si Reseune está a salvo de nuevo, podrás viajar. Si no, nada podrá ayudarte y esto no tendrá ninguna importancia, en realidad, esto te pone más a salvo porque no hay forma de que te ataquen a ti o a tu padre sin atacarme a mí, porque tu padre trabajó en tus cosas y eso significa que está trabajando contigo y tú conmigo. Lo único que tiene que hacer, Justin, lo único que tiene que hacer, si quiere mi ayuda, es no hacer nada contra mí. No me importa si le gusto o no. Lo único que quiero es que las cosas vayan mejor. Calculé el peligro que representaba trabajar contigo, en serio, lo pensé mucho, pero tú eres el que necesito, porque trabajas a largo plazo y con grupos de valores, y eso es lo que me interesa. No soy una niña estúpida, Justin. Sé lo que quiero hacer, y Yanni ya no puede ayudarme. Nadie puede ayudarme. Así que acudí a ti. El tío Denys lo sabe. Dice, dice que vaya con cuidado. Pero también me dice que eres honrado. Y yo también lo soy. ¡No! —exclamó cuando élabrió la boca—, no, déjame acabar. No voy a robarte nada. Piénsalo. ¿Qué te parece si publicamos algo con tu nombre, el mío y el de tu padre? ¿No crees que eso impresionaría a los del Departamento?

El se sentó.

—Denys lo sabría, Ari, y no creo que lo aprobara. Estoy seguro de que Giraud no lo aprobaría.

—¿Sabes lo que les diría a mis tíos? Les diría que un día voy a tener que dirigir Reseune. Estoy tratando de arreglar la situación. No quiero que las cosas sigan como cuando mandaban ellos. Déjame intentarlo mientras tengo tu consejo. O después, cuando ya no lo tenga. Él la asustó por un momento. Tenía la cara muy tensa y muy pálida. Después apareció Grant en la puerta, así que él respiró hondo y prestó atención a Grant.

—Buenos días. El café no está preparado. Todavía.

—Comprendo —dijo Grant. Hizo una mueca y buscó la jarra para ir a ponerle agua.

—Ari —dijo Justin entonces—, te deseo suerte con tus tíos. Más de la que tuve yo. Es todo lo que voy a decirte. Algún día no me encontrarás en mi casa si no andas con cuidado. Estaré en Detenciones. Te lo digo para que sepas dónde buscarme. Para serte sincero, hoy ya lo esperaba. Y no estoy seguro de que puedas impedirlo, no importa el poder que creas tener en la Casa. Espero equivocarme. Pero voy a trabajar contigo. Haré todo lo que esté en mi mano. Tengo más preguntas para empezar. ¿Por qué instalaste dos variables?

Ella abrió la boca. Quería hablar de lo otro. Pero él no. Había cerrado ese tema como una puerta y le había dirigido una pregunta importante. Y Grant volvía con el agua. La estaban Trabajando, estaban haciendo todo en el momento preciso. Y él había dicho lo que quería decir.

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