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—Dios mío, su seguridad no vale una mierda. ¿Quién más lo sabe?

—Seguramente el azi que secuestraron. El de Justin.

—¡Señor!

—No es fácil que los muchachos de Rocher hayan podido con él. Es un Alfa y trabajaba como diseñador de cintas, el azi quiero decir. No es un sujeto fácil. Pero existe la posibilidad de que no supiera que tenía información confidencial. Por eso recurrimos a la oficina de Lu cuando necesitamos ayuda para sacarlo de allí. Necesitábamos rescatarlo vivo y someterlo a psicotest, en caso de que alguno escapara. Por suerte, acabamos con todos los secuestradores, o al menos eso creemos. Pero no estábamos engañándolos cuando dijimos que ese azi representaba un peligro para la Seguridad. Supongo que el ritmo de los acontecimientos fue demasiado rápido para todos. Ari iba a enviarme a la ciudad con un informe para Lu. Por desgracia...

—Usted no cree que Warrick tenga un motivo que involucre al azi y a Rocher...

—¿Cuándo mató a Ari? Un crimen pasional no empieza de esa forma. Pero cuando ella le pareció mal herida, él pensó que acababa de destruir su oportunidad para irse a Fargone. Así que la mató y trató de que pareciera un accidente. No lo hizo totalmente a sangre fría, pero tampoco fue del todo pasional. La odiaba. Lamento decir que Ari tenía graves defectos en lo que se refiere a muchachos adolescentes. Una gran mente. Y puntos de vista excéntricos, claro. Francamente, estamos ansiosos por evitar que ese aspecto de Ari salga a la luz, ante el público. Conspiraciones... no. No las hubo. Puede entrevistar a Warrick si quiere. O a su hijo. Tenemos su declaración bajo psicotest. No la de Jordan Warrick, claro; la de su hijo evidencia bastante bien la situación. También hay algunos vídeos que resultan, bueno, bastante explícitos. No pensamos borrarlos. Pero no queremos que caigan en manos de los servicios informativos. Es una historia muy antigua, sí. Chantaje. Un padre enfurecido. Un deseo de ocultar algo que se convierte en asesinato.

—Mierda. — Saquen a mi hijo de allá,había dicho Warrick. Y evidentemente había hablado en serio—. Mierda.

—Queremos cumplir con nuestros compromisos. El pacto que hemos previsto pondrá a Jordan Warrick en una instalación propia, bajo vigilancia. Y puede seguir trabajando para ustedes. Nosotros haremos las pruebas. No tiene que preocuparse por la integridad del doctor. Es una solución humana para conservar un talento que no podemos permitirnos el lujo de perder.

—Usted ya ha hablado con Corain.

—Dice que tiene que pensarlo. Intenté hacerle comprender que no hay desventajas para él si apoyael pacto. ¿Qué ganará si sigue adelante con el caso? Sólo Rocher y sus locos saldrían beneficiados. Y nosotros ya hemos perdido mucho con esto. No sólo la mente. Usted me entiende, todavía estamos comprometidos en los proyectos.

—La instalación Fargone.

—Creemos que el proyecto puede funcionar. Tal vez los militares puedan usar más de lo que se había planeado.

—Eso quiere decir que el proyecto Rubin queda relegado.

—Al contrario. Todavía creemos en ese proyecto.

—¿Sin la doctora Emory? —Gorodin aspiró con fuerza—. ¿Usted cree que puede llevarse a cabo? Nye permaneció en silencio durante un momento.

—Más —se dirigió al azi que los servía, y el hombre, gris y silencioso, se acercó y echó más bebida en las dos tazas.

Nye bebió, pensativo. Luego:

—¿Quiere detalles técnicos?

—Eso lo dejo para los científicos. Mi interés es práctico. Y estratégico. ¿Pueden seguir a partir de las notas de Emory?

—¿A quién preferiría que se hubiera duplicado? ¿A un químico que tiene un potencial extraordinario? ¿O a la propia Emory?

Gorodin tragó saliva.

—Está hablando en serio.

—Déjeme decirle una cuestión de los datos técnicos, por lo menos. El proyecto requiere un sujeto de quien se posea una gran cantidad de documentación a nivel bioquímico. No hay muchos sujetos de la calidad que queremos y que posean esa documentación. Ari y Rubin la tienen: Rubin por sus problemas de salud, Ari porque nació de Emory y de Carnath cuando los dos tenían más de un siglo de edad. Nació en los laboratorios de Reseune, claro. En un proceso que nosotros llevamos a cabo y sobre el cual tenemos informes muy precisos. Su padre murió cuando ella nació; su madre, cuando tenía siete años. Desde ese momento, la crió su tío Geoffrey. Sucedió a Geoffrey Carnath como directora de Reseune a los sesenta y dos años. Y fue el proyecto esencial de Olga Carnath, sujeto de estudio intensivo e información registrada día a día primero por su madre y después por Geoffrey Carnath. Basta decir que su documentación es igual a la de Rubin, sino más extensa. Más que eso, Ari siempre pensó que sería una de las Especiales afectadas por este proyecto. Dejó notas abundantes para su sucesora.

—Dios mío.

—¿Por qué no? Hizo los méritos necesarios. Ahora ha desaparecido, si sus teorías son correctas, tenemos que elegir entre recuperar a un químico que, francamente, no significa nada para nosotros, o a Ari, cuya mente, no dudo en decirlo, está al nivel de las de Bok o Strehler, investigadores que han tenido un profundo efecto en la seguridad nacional. Y podemos hacerlo.

—Está hablando en serio.

—Claro que sí. No existe razón alguna para abandonar el proyecto. Hay ciertos puntos esenciales: Warrick es uno. Mire, podemos estudiar muchos de los elementos de la vida de Ari, así que tenemos muchas posibilidades de obtener éxito.

—¿Y Rubin?

—Todavía podríamos seguir con eso. Sería útil como control. Y como tapadera dentro de la tapadera, por así decirlo. No quiero el proyecto Rubin en Reseune. No quiero que afecte a nuestros planes. El nombre del juego es revivir. Control intenso, Ari estaba acostumbrada a eso, pero su sucesora no debería tener contacto directo con alguien que esté pasando por lo mismo. Tendremos que llevar a cabo las dos mitades del proyecto Rubin en Fargone.

—Quiere decir que va a hacerlo, tenga o no permiso oficial.

—Estoy buscando ese permiso. Quiero salvar a Warrick. Quiero cooperar en todo con los militares. Necesitamos el tipo de seguridad y cobertura que ustedes pueden ofrecernos, al menos hasta que podamos sacar a la nueva Ari a la luz pública. Y entonces, será un proyecto de Reseune, un proyecto absolutamente civil. Eso es útil, ¿verdad?

—Dios. —Gorodin bebió la otra mitad de su café. Y levantó la taza hacia el azi.

—Abban —dijo Nye. El azi llegó hasta ellos y llenó la taza, mientras Gorodin empleaba el tiempo en pensar rápidamente.

—¿Qué tiene que ver esto con Warríck? —preguntó entonces, con cautela.

—Lo necesitamos. Necesitamos que siga con su trabajo.

—¿A él? ¿Para reconstruirla a ella? ¿Para trabajar con las cintas de ella?

—No. Eso no sería lógico. Estoy hablando de Reseune. Recuerde que tenemos que pensar en términos de veinte, cincuenta años. Warrick es joven todavía. Sólo ahora está demostrando toda su valía. Sus investigaciones se entrelazan con las de Ari. Para ser sincero: las notas de Ari son muy fragmentarias. Ella era un genio. Hay lagunas lógicas en sus notas, daba por supuestos datos de los que Ari podía prescindir y que no necesitaba anotar. No podemos garantizar el éxito: ningún proyecto de este tipo lo tiene asegurado. Sólo sabemos que hay mejores posibilidades con Ari, a quien conocíamos íntimamente, que con un desconocido. Ella dejó muchas cosas en código. Salta de punto a punto, sus notas son totalmente confusas, en un campo que ella misma construyó, claro. Si perdemos los datos esenciales de la vida de Ari, no podremos recuperar la vida como ella la vivió; si no tenemos cerca a ciertas personas para consultarlas, creo que nuestras oportunidades de hacer que este proyecto funcione no serán muchas. Finalmente, las notas de Ari podrían perder sentido. La matriz se pierde, ya sabe, la referencia social se hace irrecuperable. Pero ahora tenemos todo eso. Creo que podemos hacerlo. Sé que podemos hacerlo.

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