con tonos invertidos? ¡Oh Señor soñoliento! ¡Mira mi corazón frío como un membrillo demasiado otoñal que está podrido! Si tu luz va a llegar abre los ojos vivos pero si continúas dormido, ven, Satanás errante, sangriento peregrino, ponme la Margarita morena en los olivos con las trenzas de noche
de estío, que yo sabré encenderle sus ojos pensativos con mis besos manchados de lirios. Y oiré una tarde ciega mi ¡Enrique! ¡Enrique! lírico, mientras todos mis sueños se llenan de rocío. Aquí, Señor, te dejo mi corazón antiguo, voy a pedir prestado otro nuevo a un amigo. Corazón con arroyos y pinos. Corazón sin culebras ni lirios. Robusto, con la gracia de un joven campesino, que atraviesa de un salto el río. BALADA INTERIOR 16 de julio de 1920. ( Vega de Zujaira.) A Gabriel. El corazón que tenía en la escuela donde estuvo pintada la cartilla primera, ¿está en ti, noche negra? (Frío, frío, como el agua del río.) El primer beso que supo a beso y fue para mis labios niños como la lluvia fresca, ¿está en ti, noche negra? (Frío, frío, como el agua del río.) Mi primer verso, la niña de las trenzas que miraba de frente, ¿está en ti, noche negra? (Frío, frío, como el agua del río.) Pero mi corazón roído de culebras, el que estuvo colgado del árbol de la ciencia, ¿está en ti, noche negra? (Caliente, caliente, como el agua de la fuente.) Mi amor errante, castillo sin firmeza de sombras enmohecidas, ¿está en ti, noche negra? (Caliente, caliente, como el agua de la fuente.) ¡Oh, gran dolor! Admites en tu cueva nada más que la sombra. ¿Es cierto, noche negra? (Caliente, caliente, como el agua de la fuente.) ¡Oh corazón perdido! ¡Requiem aeternam! EL LAGARTO VIEJO 26 de julio de 1920. ( Vega de Zujaira.) En la angosta senda he visto al buen lagarto (gota de cocodrilo) meditando. Con su verde levita de abate del diablo, su talante correcto y su cuello planchado, tiene un aire muy triste de viejo catedrático. ¡Esos ojos marchitos de artista fracasado, cómo miran la tarde desmayada! ¿Es éste su paseo crepuscular, amigo? Usad bastón, ya estáis muy viejo, don Lagarto, y los niños del pueblo pueden daros un susto. ¿Qué buscáis en la senda, filósofo cegato, si el fantasma indeciso de la tarde agosteña ha roto el horizonte? ¿Buscáis la azul limosna del cielo moribundo? ¿Un céntimo de estrella? ¿O acaso estudiasteis un libro de Lamartine, y os gustan los trinos platerescos de los pájaros? (Miras al sol poniente, y tus ojos relucen, ¡oh, dragón de las ranas!, con un fulgor humano. Las góndolas sin remos de las ideas, cruzan el agua tenebrosa de tus iris quemados.) ¿Venís quizá en la busca de la bella lagarta, verde como los trigos de mayo, como las cabelleras de las fuentes dormidas, que os despreciaba, y luego se fue de vuestro campo? ¡Oh, dulce idilio roto sobre la fresca juncia! ¡Pero vivid! ¡Qué diantre! Me habéis sido simpático. El lema de "me opongo a la serpiente" triunfa en esa gran papada de arzobispo cristiano. Ya se ha disuelto el sol en la copa del monte, y enturbian el camino los rebaños. Es hora de marcharse. Dejad la angosta senda y no continuéis meditando. Qué lugar tendréis luego de mirar las estrellas cuando os coman sin prisa los gusanos. ¡Volved a vuestra casa bajo el pueblo de grillos! ¡Buenas noches, amigo don Lagarto! Ya está el campo sin gente, los montes apagados y el camino desierto; sólo de cuando en cuando canta un cuco en la umbría de los álamos. PATIO HÚMEDO 1920 Las arañas iban por los laureles. La casualidad se va tornando en nieve, y los años dormidos ya se atreven a clavar los telares del siempre. La quietud hecha esfinge se ríe de la muerte que canta melancólica en un grupo de lejanos cipreses. La yedra de las gotas tapiza las paredes empapadas de arcaicos misereres. ¡Oh, torre vieja! Llora tus lágrimas mudéjares sobre este grave patio que no tiene fuente. Las arañas iban por los laureles. BALADA DE LA PLACETA 1919 Cantan los niños en la noche quieta: ¡Arroyo claro, fuente serena! LOS NIÑOS ¿Qué tiene tu divino corazón en fiesta? YO Un doblar de campanas perdidas en la niebla. LOS NIÑOS Ya nos dejas cantando en la plazuela. ¡Arroyo claro, fuente serena! ¿Qué tienes en tus manos de primavera? YO Una rosa de sangre y una azucena. LOS NIÑOS Mójalas en el agua de la canción añeja. ¡Arroyo claro, fuente serena! ¿Qué sientes en tu boca roja y sedienta? YO E1 sabor de los huesos de mi gran calavera. LOS NIÑOS Bebe el agua tranquila de la canción añeja. ¡Arroyo claro, fuente serena! ¿Porque te vas tan lejos de la plazuela? |