29Espere, voy a traer mi labor. [...] Veamos, ¿en qué piensa? [...] Tráigame mi bolsa.
30¿No es una historia de fantasmas?
31Es porque detesto las historias de fantasmas.
32Muslo de ninfa asustada.
33El derecho de gentes.
34¿Se enrola para la guerra, príncipe?
35El general Kutúzov [...] ha tenido a bien tomarme como ayudante de campo.
36Sea el buen muchacho que siempre ha sido.
37Una vez haya pasado a la Guardia.
38¿De la coronación de Milán? ¿Y de la nueva comedia de los pueblos de Génova y de Lucca, que acuden a presentar sus respetos a M. Bonaparte? ¡M. Bonaparte sentado en un trono y satisfaciendo los deseos de las naciones! ¡Encantador! Es para volverse loca. Se diría que el mundo entero ha perdido la cabeza.
39Dios me la da, ay de quien la toque. [...] Se dice que estaba muy bello al pronunciar estas palabras.
40Yo espero [...] que eso haya sido la gota de agua que hará desbordar el vaso. Los soberanos no pueden seguir soportando a este hombre, que lo amenaza todo.
41¿Los soberanos? No me refiero a Rusia. [...] ¡Los soberanos, madame! ¿Qué hicieron por Luis XVI, por la reina, por madame Elizabeth? Nada [...] Y créame, sufren el castigo de su traición a la causa de los Borbones. ¿Los soberanos? Envían embajadores a cumplimentar al usurpador.
42Traversa de gules, anglesada de azur, casa Condé.
43Lo ha dicho Bonaparte.
44Les mostré el camino de la gloria [...] No lo quisieron; les he abierto mis antecámaras y se precipitaron en masa...” No sé hasta qué punto tenía derecho de decirlo.
45Ninguno.
46Aun si ha sido un héroe para algunos [...]. desde el asesinato del duque hay un mártir más en el cielo, un héroe menos en la tierra.
47Pero cómo, M. Pierre, ¿encuentra usted que el asesinato es grandeza de alma?
48Pero, mi querido monsieur Pierre...
49Es un escamoteo que en nada se parece a la manera de obrar de un gran hombre.
50Haría mejor en decir que es un labrador.
51¡Ah! Hoy me han contado una encantadora anécdota moscovita: debo divertirles con ella. Usted me perdonará, vizconde, pero he de contarla en ruso. De otro modo se perdería la sal de la historia.
52Lacayos.
53Para ir de visitas.
54Está decidido.
55Cómo verá las cosas el padre [...] Hasta la vista.
56Y bien, querido, su pequeña prin¬cesa está muy bien, muy bien. Y muy francesa.
57¿Y sabe que es usted terrible con ese aire inocente? Compadezco al pobre marido, ese oficialillo que se da aires de príncipe reinante.
58Y decía usted que las damas rusas no valen lo que las francesas. Hay que saber darse maña.
59 Palabra de honor.
60¡Ah! No me hable de esa partida, no me hable de ella. No quiero oír hablar de eso. [...] Tengo miedo.
61De qué tienes miedo.
62No, Andréi, te digo que has cambiado tanto, tanto has cambiado...
63Soy muy amable y muy cáustico. [...] todas las mujeres distinguidas.
64Soy un hombre acabado.
65Soy un bastardo. [...] Sin nombre, sin fortuna.
66Qué quiere usted, amigo mío. Las mujeres, amigo, las mujeres.
67Las mujeres decentes [...] Las mujeres y el vino.
68Querida condesa, hace tanto tiempo... la pobrecita estuvo delicada... en el baile de los Razumovski... y la condesa Apráksina... he tenido tan gran placer...
69Estoy encantada... la salud de mamá... y la condesa Apráksina...
70Cada cosa tiene su tiempo.
71Los primos son peligrosos vecinos.
72Al paso que vamos.
73La princesa tal.
74Me hacía la corte.
75Las grandezas para nada le han hecho perder la cabeza.
76Querido, me prometiste...
77¿Es positivamente seguro, pues?
78Jamás pude explicarme cómo Natalia se decidió a casarse con ese maleducado. Es un sujeto completamente estúpido y ridículo. Y jugador, según se dice.
79Pero excelente persona, príncipe.
80Es su ahijado.
81Piense que se trata de la salvación de su alma... ¡Oh!, es terrible, los deberes de in cristiano.
82¡Ah, querida, no la había reconocido! [...] Acabo de llegar y aquí me tienen para ayudarlos a asistir a “mi tío”...Me imagino cuánto habrán sufrido.
83Celebraría muchísimo que me librara de ese joven.
84¿No me reconoces?
85Querido, si te portas como en San Petersburgo, acabarás muy mal; y no te digo más.
86Inglaterra está acabada. [...] M. Pitt, como traidor a la nación y al derecho de gentes, está condenado a...
87Adiós, príncipe, que el buen Dios lo sostenga...
88Salteado con vino de Madeira.
89Que usted cuenta con hacerse una renta a expensas del Estado.
90El equilibrio está logrado... como dice el proverbio.
91Los Razumovski... Ha sido encantador... Es usted muy buena... La condesa Apráksina...
92Ya hizo cerrar el pico a Austria y me temo que ahora nos va a tocar a nosotros.
93¿Conocéis el proverbio? [...] Nos sienta de maravilla. [...] completamente. [...] Dígame un poco.