BAILE DE MÁSCARAS
Autor: Lermontov, Mijail
ISBN: 9788484690832
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BAILE DE MÁSCARAS
MIJAIL LERMONTOV
BAILE DE MÁSCARAS
MIGUEL YUREVÍCH LERMONTOV
(1814-1841)
Años fecundos e inmortales debió vivir Rusia cuando simultáneamente escribían geniales poetas como Gogol, Pushkin, Lermontov, críticos como Belinski y apuntaba el genial adolescente Fedor Dostoievski.
La gratitud, sentimiento poco común entre los hombres, fue una de las cualidades preciosas de Miguel Lermontov. Los que vemos con qué facilidad los escritores saquean o desmedran a sus colegas sin tener la gratitud de dar a conocer las fuentes inspiradoras, nos admiramos de la valiente gratitud de Lermontov, discípulo y continuador de Pushkin, que supo casi jugarse la vida por defender su bandera civil y poética.
Talento fecundo y precoz, Lermontov no podía adquirir un volumen independiente mientras Pushkin como un astro absorbía la fama y el odio de sus contemporáneos. Cuando el autor de Boris Godunov cae herido en el trágico duelo-asesinato, Lermontov sale a defender la gloria del poeta y acusar a los asesinos.
En copias manuscritas reparte una elegía que fue publicada en Rusia mucho más tarde, pero que se transmite en seguida de mano en mano. Llega hasta el conde Benkendorf, virtual jefe de policía del zar, que la califica de «incitación a la revuelta».
En una de sus estrofas dice:
Vosotros, orgullosos descendientes
De antepasados conocidos por su cobardía.
Vosotros, cuyo servil talón ha hollado los restos de familias maltratadas por el capricho de la fortuna.
¡Vosotros, que en ávida turba rodeáis al trono,
Verdugos de la Libertad, del genio y de la gloria,
Amparados a la sombra de la ley!
Vuestra turbia sangre no alcanzará siquiera
A lavar la justa sangre del poeta.
Con estos versos retadores que le cuestan el confinamiento y que decidieron tal vez su trágico destino, entra el poeta en el corazón de Rusia como el heredero inmediato de Alejandro Pushkin.
ELEMENTOS DE SU BIOGRAFÍA
De brevedad inverosímil, los veintisiete años de su vida comienzan de esta manera.
Su madre: María Mijailovna Arséniev, perteneciente a una opulenta familia aristocrática, se casa con el militar retirado de escasos bienes Yuri Petrovich Lermontov, a pesar de la oposición de su madre. Al poco tiempo nace en la ciudad de Moscú, el 2 de octubre de 1814, Mijail Yurevich Lermontov. El niño pierde la madre a los tres años de edad y como el padre no gozara de la buena voluntad de la abuela, que ama apasionadamente al nieto, queda éste bajo su influencia y educación.
Desde niño crece en la residencia de su abuela, cerca de la aldea de Tarjan. Asiste a los continuos roces enemistosos entre su padre y su abuela, que dividen su cariño y atormentan su niñez, reflejada más tarde en su obra literaria.
Preparado por preceptores ingleses y franceses, que le dieron múltiple instrucción, ingresa en el año 1828 a los estudios regulares. Pero sus conocimientos son superiores a los de sus profesores, y después de dos años de choques continuos, en que manifiesta su temprana y brillante erudición, abandona los estudios.
Intenta trasladarse a la Universidad de San Petersburgo, pero no obtiene éxito y decide elegir la carrera militar, ingresando en 1832 a la escuela de los Caballeros de la Guardia. Igual que Pushkin, comienza a escribir versos desde muy temprano. Pronto es autor de El prisionero del Cáucaso, Los Corsariosy otras obras que reflejan la vida y las pasiones de los hombres del Cáucaso, ambiente que conoció durante su infancia. Ya desde sus primeros estudios el poeta adolescente demostró tener un gran sentido moral de la vida, de la sinceridad de los hombres, y reaccionó siempre con gran sensibilidad ante la hipocresía y la bajeza de sus compañeros.
Los choques con sus maestros afinaron y fortalecieron la conciencia de su talento. Muy temprano escribe poemas, dramas, encendidas protestas en contra de la esclavitud, llamados a la acción, motivos sobre el dolor castrador de la soledad, temas que ocupan el primer período de su creación y preocupan su corazón y su mente.
El talento del lírico inglés, romántico y rebelde, que entusiasma a todos los poetas de su tiempo, encuentra en Lermontov, como encontró en Pushkin, a uno de sus más fieles admiradores. El credo revolucionario de Byron atrae a la juventud liberal revolucionaria de su época; pero Lermontov, tanto como Pushkin, dueños de una personalidad muy propia, no aparecen en las letras como simples imitadores del romántico inglés.
Conociendo la diferencia que lo separaba de Byron, Miguel Yurevich afirma en un poema, al que pertenecen estas estrofas:
No, yo no soy Byron, yo soy otro Elegido también por fuerzas desconocidas, Y, como él un vagabundo perseguido por el mundo, Pero con el alma rusa...
El joven corneta del regimiento de Húsares de la Guardia adquiere fama como poeta recién en el año 1837, con sus poemas acusadores de la sociedad en que vivía, y penetrados de desprecio por la ruindad que lo circunda. Su poema dedicado a Pushkin, La muerte del poeta, terminó por inquietar a la corte del zar y decidieron que su sospechoso autor debía ser confinado a un regimiento de castigo del Cáucaso.
Allí se pone en contacto con los revolucionarios liberales confinados después del fracaso de la revolución decembrista de 1825 y traba amistad con A. Odoievski.
Ese año de permanencia en el Cáucaso es fecundo y tiene una importancia decisiva en su obra. Las vinculaciones de su abuela con figuras de la Corte le permiten, después de varios pedidos, volver a San Petersburgo, en cuya sociedad vuelve a hallarse a disgusto, pues cada vez es mayor el odio que le inspiran los círculos del zar.
Anatematiza en sus poemas a esa multitud interesada que rodea al trono, deseando con cada verso romper la alegría frívola que lo rodea y arrojarle a los ojos, valientemente, "poemas de hierro» templados de amarguras y de odio.