Examen interno del cadáver
Apertura del mismo según la técnica de Mata modificada.
Cavidad craneal.- No encontramos ningún tipo de fractura ni en bóveda ni en base de cráneo. Las meninges son normales, con un ligero edema en el espesor de la aracnoides. El encéfalo es normal y el corte muestra signos de isquemia. Las arterias periencefálicas son normales y en el polígono de Willis encontramos algunos pequeños ateromas. Cerebelo, protuberancia y bulbo normales.
Cavidad torácica.- Pulmones discretamente congestionados con gran cantidad de inclusiones carbónicas en su superficie y al corte. Adherencias interpleurales en hemitórax derecho con signos de fibrosis dura en la zona epical derecha, tal vez por un antiguo proceso fímico. Corazón en sístole, exangüe, con restos de batido espumoso sanguíneo en sus cavidades derechas. Tanto las válvulas cardíacas como las arterias coronarias son normales.
Cavidad abdominal.- Estómago con restos de comida a medio digerir (se observan restos de leguminosas mezcladas con fibras de carne y restos de huevo duro). Hígado grande, edematoso, geográfico, sin degeneración cirrótica pero que identificamos como hígado de bebedor. Vesícula biliar a tensión. Riñones pálidos. Vejiga vacía. El resto de las vísceras son normales y carecen de interés médico legal.
Disección del cuello.- Tras incidir la zona anterior del cuello en H refrendamos lo que habíamos observado en el examen externo. A la fina disección encontramos fracturas del cartílago tiroides en sus apófisis o cuernos laterales derechos con aplastamiento y rotura de tres anillos traqueales que condicionan una hemorragia espumosa en la tráquea que invade asimismo laringe, faringe y boca. Esta sangre es de color rosa pálido y está mezclada con secreciones bronquiales. La yugular se encuentra totalmente seccionada con los bordes muy irregulares y la carótida está desgarrada en 1,5 cm. de longitud con un hematoma en la capa media y con lesiones que recuerdan al signo de Amusant muy cerca de la zona del glomus.
Con el presente estudio necrópsico llegamos a las siguientes
Consideraciones médico-legales
1.°) La muerte no fue natural sino violenta y precedida de lucha y defensa (erosiones en nudillos de mano derecha y desgarros múltiples en la ropa).
2.º) El agresor no fue al parecer un ser humano toda vez que no se encontraron lesiones provocadas normalmente por el hombre (heridas incisas, contusas, punzantes, erosiones, lesiones por percusión, surcos de estrangulamiento, etc.). Solamente encontramos lesiones por mordedura, de las cuales las más grandes y que provocaron la muerte del individuo, fueron las de la zona derecha del cuello.
3.º) Por la forma, tamaño, distribución, intensidad de las lesiones y lugar geográfico donde se produjo la agresión, así como por los restos de pelos encontrados en la mano derecha y uñas de la víctima, el animal agresor podría ser un lobo.
4.º) Por la simultaneidad e intensidad de las mordeduras deducimos que el individuo no fue atacado por un solo animal sino por dos, por lo menos.
5.°) Reproduciendo idealmente la agresión y lucha podríamos resumirla en las siguientes fases:
a) El individuo anda por el monte y segundos antes del ataque se percata de que un lobo salta hacia su cuello. El individuo instintivamente y sin que le diera tiempo a usar el arma de que era portador y que apareció a cierta distancia del cadáver, alza el brazo izquierdo cubriendo con el antebrazo la cara y el cuello, donde recibe la primera dentellada. El lobo muerde después unos centímetros más a su izquierda donde encuentra la mano, causándole las lesiones descritas antes. En este momento el individuo es derribado y lucha con el animal en un intento de agarrarlo con la mano derecha pegándole asimismo con el puño derecho para posteriormente agarrarlo por el cuello o la cabeza (erosiones en mano y pelos en dicha mano y uñas). En este momento otro u otros lobos, al ver caído al individuo se abalanzan sobre él intentando coger los miembros que más se mueven (ambas piernas), siguiendo el instinto del tropismo por la movilidad de la presa (lesiones en ambas pantorrillas con desgarros en pantalones). En la lucha se desgarrarían los vestidos, se perderían los botones, etc. Finalmente, otro lobo, o el mismo que lo atacó en un principio, hace presa en la zona derecha del cuello por dos veces (dos improntas de dientes en la zona inframastoidea) causándole los destrozos descritos. Las lesiones en zona malar serían debidas a una mordedura inmediatamente anterior a las del cuello y que el animal rectificó una vez (dos improntas).
b) El individuo ya en el suelo y con una gran hemorragia se debatiría de forma más o menos consciente soltando el animal y tocándose las zonas heridas (manchas de sangre por impregnación en ambas manos) hasta que muriera.
6.°) Es muy curioso observar que el cuerpo del individuo, que fue desgarrado por mordeduras, no fue sin embargo devorado ni siquiera en una mínima parte, por lo que hace incomprensible este violento ataque de lobos. La única explicación lógica sería que una vez que los lobos hubiesen abatido su presa, la dejaran, asustados por ruidos, voces, disparos o cualquier otra circunstancia difícil de imaginar.
Con el presente estudio necrópsico podemos llegar a las siguientes conclusiones médico-legales:
1.º) Que la causa de la muerte fue debida a la hemorragia externa, profusa desde la zona carotídea yugular derecha.
2.º) Que en dicho mecanismo de muerte es muy posible que intervinieran mecanismos vagales de inhibición por estímulo del glomus carotídeo (signo de Amusant observado).
3.°) Que las heridas recibidas fueron al parecer provocadas por lobos y serían heridas de mordedura.
4.°) Que la data de la muerte la calculamos hacia las siete horas del día de ayer.
5.°) Que al no intervenir voluntad humana ni haber signos de lucha o agresión humana el mecanismo de muerte habría sido, bajo el punto de vista médico legal, accidental.
El médico forense, Marcial Méndez Santos (firmado y rubricado).
Fin
Palma de Mallorca, naciendo el verano de 1983.
VOCABULARIO GALLEGO-CASTELLANO
La ch se alfabetiza c + h y la //, / + 1.
Se usan las abreviaturas de la Academia.
a. art. deter. f. sing. La || 2. acus. del pron. pers. de tercera persona f. sing. La.
abafar. tr. Asfixiar.
abaixo. adv. 1. Abajo.
abeleira. f. Avellano.
acougo. m. Tranquilidad, sosiego, reposo. || 2. agarimo.
acurrar. tr. Acosar y conducir los caballos en el curro.
Ádega. n. p. Águeda.
a Dios dar. m, adv. Con abundancia o fuerza.
afouto, ta. adj. Animoso, valiente, temerario.
agarimo. m. Amparo, refugio, acougo. || 2. Cariño, mimo.
agarimoso, sa. adj. Que tiene u ofrece agarimo.
aireada, f. Enfermedad mágica causada por la salamandra o el sapo.
alfolesía. f. Vahído, patatús.
Alifonso. n. p. Alfonso.
alontra. f. Nutria.
alio. m. Ajo.
amarante, m. Papagayo (es gall. ant.).
amaranto, m. amarante (es gall. ant.).
ameneiro. m. Aliso.
amoado. m. zorza. || 2. Masa muy suelta para hacer filloas.
anduriña. f. Golondrina.