Malinche sirve a Laura Esquivel para construir una ventana en la que el lector se asoma a la forma de ver el mundo de los pueblos ind?genas, ``a un pasado que debemos reintegrar en nuestras vidas, porque los mexicanos preferimos regodearnos en la idea de que somos producto de un abuso, y este concepto de que somos abusables, conquistables o de que no hay salida, nos hace caer una y otra vez en manos de gente que no nos gobierna como merecemos, que no nos procura un bienestar. La prueba es que no han sido capaces de respetar los Acuerdos de San Andr?s`, afirma la narradora en entrevista con La Jornada.
En su nueva novela, a?ade, intenta ``comprender mucho mejor el proceso de la conquista y por qu? no hemos podido superarlo. Y es que, como naci?n, tenemos un nudo atorado que tiene que ver con la integraci?n de esa visi?n del mundo que acepta un orden c?smico. Una parte de la profunda espiritualidad de los pueblos ind?genas se basa en ello, en presencias y deidades, donde el agua, el fuego y el aire hablan, nos dicen cosas.