El cristianismo no se puede imaginar sin su figura central: Jesucristo, el Salvador. Jesús es una transcripción griega del nombre hebreo Yeshua, abreviatura de Yehoshua, que significa "ayuda de Jehová" o "Salvador". La palabra "Cristo" es una traducción al Griego de la palabra hebrea "mashiach" (ungido), que literalmente significa "ungido con aceite de oliva".