Al grajo le encanta que le cuenten una buena historia. Lleva cosechndolas desde que existen, desde que hay dioses, hombres y grajos. Y tiene buena memoria... William acababa de cumplir diez aos cuando consiguio la admiracion de todos los amigos: su ojo experto apunto a un grajo que descansaba en un rbol lejano y, tras un instante de concentracion, el tirachinas dio en el blanco. Nada grave, en apariencia; solo una chiquillada, pero a partir de entonces su vida cambio y William se propuso olvidar el pasado, trabajando duro para adelantarse al tiempo y a sus leyes. Los aos fueron pasando y un hombre vestido de negro empezo a rondar a William en las circunstancias ms trgicas. Nacio as una extraa union entre los dos caballeros y se inauguro en Londres una tienda esplendida, donde se exponan las telas y los complementos adecuados para el duelo de los difuntos. El negocio fue un exito y durante un tiempo William penso que su apuesta por el olvido era acertada, pero llego un da en que un grajo muy negro surco el techo acristalado del almacen: de golpe el pasado volvio, cargado de secretos y dispuesto a tomarse su venganza.