`Luzmila`, el relato que da título al libro, es el preferido por Alvaro Pombo. Constituye la primera formulación de un viejo asunto: la bondad de una persona. Luzmila, la protagonista, es un personaje de muy pobre desarrollo intelectual, dotado de una bondad real y profunda, pero todavía demasiado elemental.
En `Tío Eduardo` el autor refleja el Santander de su niñez, expresa su fascinación por un mundo elegante y su preocupación, entonces, de moralista.
Este relato expresa una cierta `justicia poética`: al final de su vida, tío Eduardo es tratado de un modo semejante a como él, sin darse cuenta, trató a su propia esposa.
En `Perfume de nostalgia (Un relato corto)`, escrito por Pombo en Londres cuando trabajaba de telefonista, el autor nos presenta una acuarela de su colegio de Valladolid, tomando de su recuerdo tan solo el delicioso ambiente decimonónico del mismo, donde cursó sus tres últimos años de bachillerato. Todo lo demás es inventado, en función de la idea unificadora del libro, es decir, la sensación, la emoción imprecisa pero constante que Pombo confiesa tener cuando escribió estos relatos: la vida humana era para él una configuración de elementos inconexos, un proceso melancólico de ilusión.
La tesis de `El cambio` resulta para el autor inmersa en una nebulosa cuyos detalles, según él reconoce, están bien estructurados, pero cuyo fondo no puede -o no quiere- recordar.